Islamabad, 23 de septiembre. El gobierno de Pakistán se desmarcó hoy de la recompensa de 100 mil dólares que el sábado ofreció a título personal el ministro de Ferrocarriles, Chulam Ahmad Dilour, para quien mate a Nakoula Basseley Nakoula, autor de La inocencia de los musulmanes, la película que ridiculiza la vida del profeta Mahoma.

El primer ministro Raja Pervez Ashraf expresó su preocupación por las declaraciones de Dilour, quien dijo, entre otras cosas, que el asesinato de Nakoula sería un hecho noble.

También el partido Awami, organización laica a la que pertenece el funcionario, puso distancia con los planteamientos del ministro. Se trata de una declaración personal que no representa la política de nuestro partido, dijo Zahid Khan, una de las principales figuras del instituto, socio de la coalición que gobierna desde Islamabad.

La ola de protestas que se han realizado en una veintena de países continuó en Bangladesh y Grecia.

La marcha en Daca, capital de Bangladesh, estuvo bajo la observación de miles de policías y se desarrolló pacíficamente, aunque un grupo de manifestantes se hizo de golpes con los uniformados, cuando intentaron, sin éxito, levantar una barricada.

Por algunos minutos, medio centenar de personas estuvieron detenidas, pero fueron liberadas al comprobar que no había delitos que perseguir.

En Teherán volvieron las protestas contra Nakoula, Estados Unidos y Gran Bretaña, pero esta vez las denuncias se dirigieron a Francia, cuya embajada se mantuvo a la expectativa por la concentración de cientos de individuos.

Musulmanes chiítas en Arabia Saudita, país dominado por los sunitas, quemaron banderas de Israel y Estados Unidos en la localidad de Awamiya.

Unos 70 líderes chiítas saudiárabes pidieron en días pasados que el gobierno tome la iniciativa de criminalizar los ataques a las religiones.

Otras manifestaciones contra la cinta, que ha circulado parcialmente en YouTube, tuvieron lugar en Nigeria y Turquía, así como en Grecia, donde unos 600 musulmanes lanzaron proyectiles contra la policía, que dispersó la concentración con gases lacrimógenos.

Pese a la convocatoria lanzada por musulmanes franceses a través de las redes sociales, 5 millones de fieles al Islam en ese país se abstuvieron de salir a las calles. Dalil Boubakeur, rector de la gran mezquita de París, dijo que la respuesta es evidencia de que los fieles de esta religión optaron por la preservación del orden público.

En Egipto, como secuela de que el cristiano copto Nakoula haya producido y dirigido la película, la población de esa confesión religiosa expresó su preocupación por posibles represalias de islamitas de su país, que en los dos años recientes han sido blanco de sus agresiones.

El Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Copta condenó la película, tildándola de plan malévolo destinado a difamar las religiones y a provocar divisiones entre el pueblo egipcio.