Después de la independencia de hace dos siglos, ahora nos debemos independizar por segunda ocasión pero del México violento y corrupto, pues no podemos permitir que el país siga así, comenta en entrevista el tenor Ramón Vargas, quien este 15 de septiembre ofrecerá un concierto en el Auditorio Nacional, con música de compositores populares como José Alfredo Jiménez, Agustín Lara, María Grever, Consuelito Velázquez y Álvaro Carrillo.

El concierto comenzará a las 7 de la noche e incluirá una verbena popular en el vestíbulo del auditorio, con venta de antojitos, luego hará un intermedio durante el Grito en el Zócalo, el cual podrá ser visto en pantallas gigantes, y continuará después del mismo.

El tenor estará acompañado de la Orquesta Sinfónica de Minería, dirigida por Carlos Miguel Prieto, con la participación de la soprano María Alejandres, el Mariachi América y el Trío Los Morales.

–Con los problemas actuales en México, ¿será este un concierto con sabor agridulce?

–Lo que vivimos en nuestro país es una situación de cambio y de crisis que se está viviendo en muchas partes del mundo. Desafortunadamente la crisis mexicana se ha transformado en tragedia, nos está costando mucho trabajo, estamos sufriendo. El de México es un pueblo que cíclicamente regresa al dolor. Ahora nos debemos independizar de este México violento y corrupto. Esta debería ser nuestra segunda independencia. No podemos permitir que México siga así, controlado por una banda de malvivientes. Nunca he estado en el Auditorio Nacional un 15 de septiembre y me siento honrado de hacerlo ahora cantando música mexicana.

Por asirnos al arte y la cultura

–¿Cuáles son sus expectativas en términos creativos, interpretativos, pero también emocionales?

–Cada vez que canto trato de dar lo mejor de mí mismo, siempre, pero ahora es algo especial y voy a tratar de dar más de lo que tengo, para que nos unamos a través de la música.

“Creo que el arte lo puede lograr, se sabe que en los lugares donde hay más cultura son más fáciles las transiciones. Lo han estado haciendo naciones como Polonia, que también ha sufrido mucho, que viene del comunismo y la represión, y ahora ellos han invertido en la cultura, la educación y se están notando los cambios a nivel económico. Tienen jóvenes activos, muy inteligentes, que están dando un montón de ideas en lo tecnológico y creativo. Nosotros tenemos que hacer algo así, es lo único que nos va a salvar. No nos va a salvar nada más acabar con el narcotráfico, que desde luego es muy importante pues hay que ver por qué hay tanto narcotráfico. Hay que ir a la raíz, y la raíz tiene que ser la educación y la cultura.

Amarre entre dos músicas

–¿Cómo se mueve en los dos universos que son la llamada música culta y la popular?

–Es que, como mexicano, tengo esas dos facetas, tengo una cultura musical de primera, porque México tiene el acervo popular musical más grande del mundo. Estoy seguro, al 100 por ciento, que nadie nos gana.

–¿Ni Brasil ni Cuba?

–Ni ellos, porque, por ejemplo, los ritmos cubanos más bellos nos los trajimos y los desarrollamos con creatividad, desde el bolero hasta el danzón. Nos volvimos los mejores boleristas del mundo.

–Entonces, ¿usted no siente una diferencia, no ve dos mundos musicales?

–Hay dos mundos para quien no se quiere acercar de uno al otro. Ambos están unidos, pero la gente los ve de lejos. Yo me dedico más a cantar ópera, pero desde hace muchos años canto música mexicana porque es algo mío.

–¿Su estado de ánimo o creativo cambia en uno u otro?

–En realidad no. La exigencia para cantar la ópera como las canciones mexicanas, las bravías, son similares. En la canción vernácula algunas piezas son muy exigentes, ya no hablemos de las típicas de María Grever o Agustín Lara, donde se necesita a un cantante, no un improvisado.

–Sus acompañantes son muy diversos, ¿cómo armonizarlos?

–El amarre entre la música popular mexicana buena y la música clásica lo vamos a hacer a través de la orquesta, que tiene gran calidad. Además de ese mariachi tan bueno y el trío, que es muy talentoso. La soprano María Alejandres, es una de nuestras jóvenes realidades en la lírica mundial. Sólo pido a las personas que celebremos juntos, a través del arte, una nueva independencia de México.