Los elementos la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) involucrados en los hechos del pasado 24 de agosto en la carretera federal México-Cuernavaca, ya entregaron a la Procuraduría General de la República (PGR) su declaración y confirmaron que en ningún momento los integrantes de la Policía Federal (PF) les mostraron sus identificaciones oficiales ni trataron de dialogar para establecer la identidad de los pasajeros de la camioneta blindada y con placas diplomáticas.

Misterioso comandante

Asimismo, en las imágenes obtenidas por la Secretaría de Marina Armada de México, el Ministerio Público Federal ha logrado establecer que tras la agresión un comandante de la Policía Federal –también vestido de civil como los agentes que dispararon contra la camioneta blindada– ordenó el retiro de sus hombres, en lugar de retenerlos para la investigación ministerial, revelaron funcionarios que participan en el gabinete de seguridad nacional.

De acuerdo con información obtenida de fuentes ministeriales, los agentes Jess Hood Garner y Stan Dove, que viajaban a bordo de una camioneta blindada marca Toyota, con placas diplomáticas BCM-242, en compañía de un capitán de la Secretaría de Marina Armada de México a un campo de entrenamiento de tiro en el municipio de Xalatlaco, estado de México, enviaron –a través de su embajada– la declaración ministerial en la cual mencionan que sin mediar palabra los presuntos elementos de la Policía Federal abrieron fuego en su contra y los persiguieron a bordo de varios vehículos sin darles oportunidad de identificarse.

La investigación que realiza la Subprocuraduría de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo, ha establecido que los agentes de la CIA habían acudido durante varios días a la zona de entrenamiento de la Semar sin que se presentara ningún incidente, y el día de la agresión los presuntos agentes federales los cercaron en varias ocasiones hasta obligarlos a detener la marcha de la camioneta.

A ese respecto, de acuerdo con las fuentes consultadas, el video que captó la cámara colocada en el casco de un marino de fuerzas especiales, quien llegó al lugar del tiroteo minutos después de los hechos, fue el que documentó la presencia de un comandante de la PF vestido de civil, el cual desapareció y no ha sido puesto a disposición de la PGR por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal.

En las indagatorias se mantiene la hipótesis –a partir de las declaraciones e imágenes obtenidas– que no han sido entregadas todas las armas utilizadas durante la agresión contra el marino mexicano y los agentes estadunidenses, pues solamente se entregaron 12 y se ha considerado la presencia de 20 atacantes; además, de los 12 policías bajo arraigo cinco no habían accionado armas de fuego.