La compañía de danza contemporánea marca la historia artística de Mazatlán
Los gobiernos no entienden cómo las expresiones artísticas detonan visiones
: Claudia Lavista
Martes 11 de septiembre de 2012, p. 4
Mazatlán, Sin., 10 de septiembre. La historia de la danza en Mazatlán se escribe antes y después de la llegada de Delfos Danza Contemporánea, compañía que adoptó como sede y punto de trabajo creativo este puerto del Pacífico mexicano.
A 20 años de su fundación y tras 14 de haber llegado a este puerto sinaloense con la finalidad de conjuntar diversas disciplinas en un proyecto artístico-pedagógico, la agrupación que encabezan los bailarines y coreógrafos Claudia Lavista y Víctor Manuel Ruiz se ha vuelto un referente en la danza contemporánea, la difusión de las artes y la promoción de la cultura a escalas nacional e internacional.
De ello da cuenta la licenciatura en danza contemporánea, creada a instancias de Delfos en el puerto mazatleco, de la cual han egresado 11 generaciones y es semillero de diversas agrupaciones del país.
También los 10 integrantes de la compañía llevan, seis días a la semana, programas dancísticos a colonias populares con la convicción de que es importante aproximar a niños y jóvenes al arte.
Este programa social es una manera de acercar, de manera gratuita, el arte a las comunidades que no tienen acceso a la cultura; además, se trata de inculcar, enseñar y compartir una serie de valores que son esenciales en una época de violencia como la que vivimos
.
Así lo explican en entrevista Claudia Lavista y Víctor Manuel Ruiz, en su sede y oficinas ubicadas junto al Teatro Ángela Peralta, escenario que también han hecho suyo y donde se presentarán el jueves 13 para continuar con la celebración por su vigésimo aniversario.
Este proyecto con 20 años y nuestra casa en Mazatlán han sido un parteaguas en nuestras vidas
, coinciden en señalar sus fundadores.
En octubre participarán en la versión 40 del Festival Internacional Cervantino (FIC), donde estarán acompañados por el compositor Mario Lavista y los percusionistas de Tambuco.
Claudia Lavista, codirectora de Delfos, retoma y explica: “Desde el arte uno mira la vida de otra manera y si lo develas a un niño, éste no sólo va a ver en su realidad la violencia cotidiana ni las armas o los narcocorridos, porque tendrán la posibilidad de conocer los beneficios de la autoexpresión y la estética, así como la necesidad de comunicarse con su familia y con las demás personas”.
De esta forma, la vida de un pequeño cambia
, manifiesta quien atribuye al arte el poder de ser un gran detonador de visiones
.
Lo anterior, prosigue la coreógrafa, es algo que no han comprendido los gobiernos.
Estos gobiernos, enfatiza, no han sido capaces de darse cuenta que la educación y el arte no tiene nada que ver con el dinero o la belleza física. Vivimos en una sociedad que está totalmente equivocada y los valores están al revés
.
Víctor Manuel Ruiz dice que, pese a su constante trabajo en Delfos, no hemos podido tener un apoyo sustancial del gobierno del estado
, porque no les interesa la compañía como entidad artística
.
Estos 20 años, asevera el coreógrafo, han sido increíbles, pero también se ha batallado en busca de recursos y apoyos
.