Santos perdió tres finales desde la vez que fue recibido por el presidente Felipe Calderón Hinojosa, en julio de 2008, por eso el club lagunero consideró que este nuevo título, el Clausura 2012, por el que ayer fueron recibidos de nueva cuenta por el mandatario, era especial: habían esperado cuatro años en los que terminaron en el límite, aguardando con paciencia para conseguirlo una vez más.

Esta vez la ceremonia fue en uno de los jardines de Palacio Nacional, donde Felipe Calderón reconoció al club lagunero como el emblema de un cambio profundo que ha ocurrido en el futbol mexicano.

No sé nada de técnica, pero lo que sí entiendo es que hay un nuevo carácter, una transformación en el futbol mexicano, y Santos es la expresión de ese cambio, un equipo sin miedos ni complejos, dijo el mandatario.

El equipo –agregó Calderón– representa también la esperanza para una región que ha sufrido mucho en los tiempos recientes; es un ejemplo de liderazgo que trasciende a la comarca lagunera y al estado de Coahuila.

“Es la segunda vez que los recibimos y eso habla de la categoría de un equipo que vimos en 2008 –cuando quedó campeón–, y al que ganar ya se le hizo costumbre”, destacó el mandatario.

Calderón enlistó una serie de aciertos del equipo en el pasado torneo. Es un equipo muy frontal y con gran ofensiva, este campeonato es muy merecido; los números lo explican como el mejor equipo de la temporada: 36 puntos y 36 goles en 17 partidos.

Pero el ángulo que destacó Calderón durante su intervención fue el cambio que, considera, se reflejó en los recientes triunfos de los representativos mexicanos: el bicampeonato de la selección Sub-17 en 2011, la medalla de oro en Juegos Panamericanos y, recientemente, el título olímpico en Londres 2012.

Al recordar esta victoria aludió al autor de los dos goles contra Brasil, Oribe Peralta, a quien se refirió como un héroe nacional. Después de ganar el oro circularon muchas fotos en las redes de Oribe con una banda presidencial, recordó.

En ese sentido el presidente del equipo, Alejandro Irarragorri, anfatizó que ha ocurrido una transformación en el deporte mexicano, y recordó los Juegos Olímpicos de Londres, donde dijo que más allá del tema de las medallas, en algunos deportes se consiguió mejorar en las clasificaciones. Eso no brilla como las medallas, pero también son logros, dijo.

El arquero Oswaldo Sánchez confesó que esta visita era especial, pues desde la vez pasada que los recibió como campeones transcurrieron cuatro años y perdieron tres finales. Todo el esfuerzo que hicimos para volver a ganar un título está plasmado aquí, dijo señalando el trofeo.

Pero la atención la concentró inevitablemente Oribe Peralta, quien apenas fue mencionado por el Presidente fue ovacionado por público y compañeros de equipo. El atacante bajó sonrojado. No habló, se limitó a sonreír mientras Calderón lo llamaba héroe nacional y mientras recordaban esos dos goles que en palabras del mandatario cristalizaron las pasiones del futbol.