Este fin de semana, el más violento del año en el país, con más de cien muertos: reportes oficiales
Lunes 3 de septiembre de 2012, p. 39
Washington, 2 de septiembre. Las fuerzas especiales estadunidenses en Afganistán suspendieron el entrenamiento de todos los reclutas afganos hasta que concluyan las investigaciones sobre supuestos vínculos entre soldados afganos y la insurgencia talibán. La medida no afecta el entrenamiento del personal del ejército y la policía nacional.
Según informó este domingo el diario The Washington Post, las pesquisas son resultado de los asesinatos de al menos 50 soldados extranjeros en 2012 a manos de sus pares afganos.
Muchos protocolos de seguridad no fueron seguidos por las fuerzas estadunidenses y afganas durante el reclutamiento, por temor a que eso retrasara el crecimiento de las tropas del ejército y la policía de Afganistán, indicó el Post.
James Graybela, vocero de la Fuerza Internacional para la Asistencia en Afganistán (ISAF, dependiente de la OTAN), confirmó la especie difundida por el rotativo estadunidense.
Suspendimos temporalmente todos los reclutamientos (de policías locales afganos) hasta que los soldados sean investigados por su relación con los insurgentes. Nos preocupan los ataques de uniformados y estamos investigando a las tropas afganas. Se trata de un intento de la ISAF y los socios afganos de reducir el número de amenazas internas
, añadió.
De esta forma quedó detenido el programa de entrenamiento de unos mil reclutas de la policía local (ALP), declaró el portavoz de las fuerzas estadunidenses, Thomas Collins. Mientras, continúa la formación de los del ejército afgano y la policía nacional, sostuvo.
La suspensión durará uno o dos meses, tiempo en que las fuerzas especiales estadunidenses tardarán en revisar la trayectoria de los reclutados, con el objetivo de garantizar que no pertenecen a la insurgencia talibana.
La ALP es una milicia formada hace dos años por Estados Unidos en las localidades donde la policía nacional –cuerpo separado entrenado por la OTAN– es débil y además se ha visto salpicada por acusaciones de abuso y corrupción generalizada.
La ALP es el proyecto estrella del general estadunidense David Petraeus, quien fue sustituido el año pasado por su compatriota John Allen como comandante de la ISAF.
Allen ha dicho que cerca de un cuarto de los asesinatos internos son obra de los talibanes, que han logrado infiltrarse en las fuerzas de seguridad afganas. El resto se debe a otras razonas, como rencillas personales.
Incidentes de este tipo son especialmente preocupantes en momentos en que se aceleran los planes para una transición segura, indicaron algunos analistas.
Bajo estos planes, todas las tropas de combate extranjeras dejarán Afganistán a finales de 2014.
Sólo este año han muerto unos 50 soldados de coalición en ataques perpetrados por afganos con uniforme policial y del ejército. El pasado viernes tres soldados australianos perdieron la vida en el sur del país.
A mediados de agosto la ISAF reaccionó a esos ataques reforzando las medidas de seguridad.
Allen hizo a sus subordinados, entre otras peticiones, que lleven armas cargadas en todo momento.
El sitio en Internet iCasualties.com reportó que entre enero y agosto de este año las bajas de la OTAN llegaron a 322, de ellas 247 estadunidenses.
Casi 130 mil soldados extranjeros se encuentran en Afganistán tras la invasión encabezada por Estados Unidos el 7 de octubre de 2001, de los cuales dos tercios son estadunidenses.
En el terreno, este fin de semana fue el más sangriento del año en el país asiático con más de cien muertos y similar cifra de heridos, según los reportes oficiales y de la insurgencia.