Maritza Arenas tenía siete años cuando se corrió la primera edición del Maratón Internacional de la Ciudad de México, una carrera que le llamaba la atención por la multitud de aficionados que llenaban las principales calles para superar sus propios cronos, además de los de élite que peleaban por subir al podio.

Ayer cumplió ese sueño al correr por primera vez la prueba de largo aliento y fue recibida entre vítores y aplausos por cientos de expctadoews que la vieron cruzar la meta en la Plaza de la Constitución.

La capitalina de 23 años, estudiante de mercadoctenia, apenas tuvo tiempo para recuperarse y dar gracias a su familia y al público que la apoyó en los últimos kilómetros, porque sentía que desfallecía, pero el grito de la gente y el escuchar ahí va la mexicana, pelea, pelea fue una inyección de ánimo frente a la ganadora etiope Shewarge Alene Amare y la keniana Truphena Tarus Jemeli, para continuar y obtener el tercer lugar.

Ser la mexicana más joven con la mejor ubicación en las 30 ediciones del certamen capitalino significó para Maritza un orgullo, por el reto de cubrir los 42.195 kilómetros en un tiempo de 2:43.44 horas.

Arenas sostuvo una dura batalla contra la etiope, 12 kenianas y las corredoras locales durante un largo trayecto que comenzó a las 7 horas con una hermosa luna llena, un cielo estrellado y fuegos artificiales en un Zócalo adornado para las festividades patrias que constrastaban con arcos de globos, publicidad inflable y el plantón del Sindicato Mexicano de Electricistas.

Sueño olímpico

Las mexicanas, de menor estatura, se distinguían de las extranjeras, la mayoría con años radicando en México. Todas peleaban por la punta y un grupo de entre 15 y luego 16 corredoras no soltaban el liderato, con todo y el contingente motorizado que tenían enfrente, aunque fueron los organizadores quienes obstaculizaban su paso.

El seguimiento de las mujeres ya con Shewarge Alene y Truphena Tarus peleando el primer lugar terminó en el kilómetro 25. Fueron rebasadas por los varones kenianos en avenida Revolución y de nuevo imperó la desorganización entre motociclistas, ciclistas y un despistado conductor que se metió en Churubusco e Insurgentes y puso en riesgo la integridad de los competidores que debieron correr casi pegados a las banquetas sorteando a aficionados y coladeras.

Para ese entonces, Maritza, de acuerdo con lo que narró en entrevista, por ahí del kilómetro 30 afianzó el tercer puesto, porque el primero ya lo tenía asegurado la etiope, con 2:39.50, seguida de la keniana (2:41.20).

Entre los planes de la pupila de Martín Núñez está representar a México en unos Juegos Olímpicos.