Sábado 25 de agosto de 2012, p. 7
Montreal, 24 de agosto. El cine chino, en auge desde hace años, entra al nicho de las películas de terror con la película Million Dollar Crocodile, exhibida en prestreno mundial en la apertura, el jueves, del Festival de Filmes del Mundo de Montreal.
Pero la película del director Lisheng Lin, quien llega a 58 años después de Godzilla y 37 años después de Tiburón, es más una comedia o una película de acción que de terror.
Es cierto que un cocodrilo gigante que escapa de su jaula y devora a un gánster malvado, pero en realidad se hace justicia, ya que este último, interpretado por el actor Lam Suet de Hong Kong, quería convertir al animal en manjar exótico para turistas.
Sin otra ambición que divertir al público, esta película, que según los medios chinos tuvo un presupuesto de 4.7 millones de dólares, ofrece a los televidentes occidentales comunes, quizás no muy conscientes de la rápida evolución de esa sociedad, una imagen de la China del siglo XXI, sorprendentemente cerca del Occidente capitalista y fascinada por el dinero.
El enorme reptil proviene de una finca privada y es vendido por su propietario por un abultado paquete de billetes a otro empresario. El gánster detrás de esta operación también piensa hacer negocio vendiendo la carne del animal en un restaurante.
De Mao a Amao
La motivación de una bella joven que regresó de un viaje a Italia, que caza el cocodrilo sin pensar en el peligro, es el paquete de 100 mil euros que accidentalmente se tragó el animal.
La película comienza con un playboy en un descapotable en una carretera tratando de acariciar la rodilla de quien se sienta a su lado, continúa con la persecución del cocodrilo en una 4x4 y termina con un balazo.
La fascinación por el dinero parece haber hecho que los guionistas olvidaran el tipo de cambio: los 100 mil euros equivalen a un millón de yuanes, cifra citada por los protagonistas, pero el valor del cocodrilo alcanza el millón de dólares en el título.
Según las primeras reseñas publicadas después del lanzamiento de la película en China, a principios de junio, el cocodrilo se llamaba Mao... En la versión exhibida el jueves en Montreal, era Amao. Sólo para mostrar que el pasado es el pasado y no se toca.