El empleo y la comercialización de la imagen del Che Guevara en el mundo es una situación imposible de evitar y controlar, reconoció ayer Aleida Guevara March, la mayor de los cuatro hijos del revolucionario.

Ante ello, afirmó, lo que queda es procurar que no sea una efigie vacía, sin contenido, sino que quien la utilice lo haga con propiedad, con conocimiento de quién fue y qué hizo ese hombre, cuál fue su legado.

Y es que la imagen del Che –sobre todo a partir de la famosa fotografía tomado por Alberto Korda en la que aparece con una boina negra y mirando a lo lejos– lo mismo se reproduce en mantas y grafitis de movimientos sociales que en tatuajes, playeras y campañas publicitarias de productos diversos.

Ustedes saben mejor cómo se vive en una sociedad capitalista. Este sistema vende todo lo que pueda ser vendido, y la imagen de mi padre ha sido muy comercializada en ese sentido, señaló la pediatra cubana en rueda de prensa.

El objetivo de esa reunión fue dar a conocer los libros Evocación: mi vida al lado del Che y Otra vez, escritos de forma respectiva por su madre, Aleida March, y su padre, publicados ambos por Ocean Sur.

“Se han hecho muchísimas cosas con la imagen del Che, nosotros hemos logrado controlar algunas de ellas. El Centro de Estudios Che Guevara intenta que la imagen de mi padre no sea explotada comercialmente, que se respete”, destacó.

“Hemos logrado un poco controlar todo esto, pero es muy difícil, porque en diversas partes del mundo surge de repente la idea de hacer una taza o un vino con la imagen del Che. Es una locura tremenda, porque la imagen vende, y eso es suficiente para ellos.”

Aleida Guevara, hija del Che, al presentar en la UNAM los libros Otra vez y Evocación, escritos por el revolucionario y su esposa Aleida March, respectivamenteFoto María Meléndrez Parada

De acuerdo con Aleida Guevara, uno de los mayores legados del revolucionario ha sido mostrarnos a cada uno de nosotros que tenemos la capacidad de soñar, pero que no debemos pedirle a otros que haga realidad nuestros sueños, sino que que es un deber individual.

Y eso es lo que él comenzó a hacer; sabía todos los riesgos, era un hombre consciente de lo que asumía. Eso es parte de nuestra realidad, así hay muchos otros hombres y mujeres en nuestros pueblos también, y lo han hecho durante toda la historia de América Latina; han comenzado a crear algo y después la vida no les ha permitido terminarlo, pero lo importante es que estemos preparados para continuar haciendo realidad ese sueño.

Acerca de los libros antes mencionados, señaló que ambos son muy importantes para la familia del combatiente, si bien destacó el escrito por su madre, Evocaciones:

“Narra la historia de una mujer simple del pueblo cubano, una mujer que comienza a despertar ante una situación que vivió el pueblo en esa época, que decide luchar por cambiar esa realidad y después, en ese camino revolucionario, encuentra un hombre de la estatura del Che; se enamoran, continúan su camino juntos, hacen una familia y tienen cuatro hijos.”

Respecto de Otra vez, subrayó que es un texto muy fresco, hecho por un hombre con una prosa muy bonita, muy fácil de leer, pero que a la vez va demostrando que un verdadero revolucionario tiene que saber cosas de su pueblo, tiene que estar empapado de las realidades de su gente.