La Paz, 13 de agosto. El gobierno boliviano abrió hoy la posibilidad de legalizar la mariguana para enfrentar al narcotráfico como pretende hacerlo Uruguay, al considerar que la lucha antidrogas a través de la persecución ha fracasado. Algunos países latinoamericanos analizan otras alternativas en el tema antidrogas. Estados Unidos y la Organización de Naciones Unidas lo saben, afirmó la ministra de Comunicación, Amanda Dávila.

Según la vocera gubernamental, la persecución radical generaría violencia entre las fuerzas especiales dedicadas a la lucha contra el narcotráfico y las bandas criminales.

El Congreso de Uruguay debate la legalización de la mariguana en ese país para combatir el narcotráfico. Además, el gobierno del presidente uruguayo, el izquierdista José Mujica, ha prometido plantear esta estrategia de lucha contra este delito en varios foros internacionales, con el argumento de que el modelo vigente en la lucha contra el narcotráfico ha fracasado. Dijo que en la actualidad hay una gran discusión con los líderes mundiales sobre la posibilidad de tomar un camino alterno a la prohibición.

Para la ministra boliviana, una de estas vías es la que plantea Uruguay; por eso iremos avanzando en la legalización de la mariguana, porque la interdicción y la represión a las bandas criminales sólo provocan más violencia.

En ese contexto, dijo que si bien en Colombia se ha reducido la violencia por el narcotráfico, todos esos grupos de narcos se trasladaron a Argentina, México, Brasil y otros países. “Si hay violencia en la lucha contra el narcotráfico, se debe a que es una actividad ilegal que provoca el chantaje, el aumento de precios y mayor delincuencia.

Es una lucha fracasada; por lo tanto, muy poco tienen que decir quienes han apuntalado este combate, indicó.

Respecto del incremento de las plantaciones ilegales de coca, la ministra Dávila aseguró que los porcentajes son mínimos en comparación con otros países productores de la región. Los cultivos de coca han aumentado lo mínimo en comparación con otros países, donde se cultivan miles de hectáreas, no obstante los millones de dólares que se invierten y las operaciones conjuntas con Estados Unidos, señaló.

La ministra informó que se pidió al zar antidrogas de Estados Unidos, Gil Kerlikowske, una aclaración del informe que ubica a Bolivia en el segundo lugar de producción de cocaína en la región, publicado hace unas semanas.

Afirmó que el gobierno no tiene un dato exacto de cuánta coca es desviada al narcotráfico ni qué cantidad es destinada al consumo tradicional, lo que se definirá en un estudio que se realiza con apoyo de la Unión Europea.

En tanto, el gobierno uruguayo enmarca el plan en la postura de la Comisión Global de Política de Drogas –integrada por los ex presidentes de Brasil, Fernando Henrique Cardoso; de Colombia, César Gaviria, y de México, Ernesto Zedillo, entre otros– que sostiene que la guerra frontal a las drogas ha fracasado.

Asegura además que la propuesta uruguaya no se opone a ninguna normativa internacional y recuerda que las políticas antidrogas han implicado gastar millones de dólares, han rebasado la capacidad de las cárceles, han desbordado los sistemas judiciales y originado un negocio ilegal millonario, al tiempo que no impidieron que el consumo se expandiera.

Al comentar el informe de cooperación antidrogas que cada año emite Estados Unidos, Dávila expuso que “en Colombia ha bajado la producción de cocaína porque se han invertido miles de millones de dólares del Plan Colombia, y pese a ello la lucha contra el narcotráfico es considerada un fracaso absoluto.

“Por lo tanto, hay que tomar con pinzas las declaraciones del zar antidrogas. Estados Unidos ubica a Bolivia en segundo lugar de la producción de cocaína, pero sus datos parecen tomados muy alegremente, pues carecen de buena información sobre los cultivos”, sostuvo.

Dávila cuestionó el informe estadunidense porque, dijo, ese país se muestra como el gran defensor de la lucha contra el narcotráfico, sin considerar el mercado de consumo que tiene.