Cerquísima y lejísimos
ueva York. Aproveché breve visita a la capital del sistema mundo para conversar (muy cordialmente) con David Brooks, corresponsal de La Jornada, sobre la perspectiva estadunidense del proceso político de México. Esta nota resume nuestra plática:
La opinión pública estadunidense ha perdido interés en el proceso poselectoral. Es difícil encontrar referencias en los medios. La impugnación de AMLO de la elección, las escandalosas irregularidades y la movilización de miles en más de 20 ciudades del país deberían haber provocado notas de primera plana. Sin embargo, hay una lejanía que coincide con la del gobierno de Obama, que se contentó con una nota rutinaria de felicitación a Peña.
El público de EU está viendo con horror el escenario mexicano. No parece importarles la falta de crecimiento, la desigualdad monstruosa, la impunidad de los políticos o la descomposición de las instituciones. Lo que sacude es la guerra sangrienta de los narcos y la corrupción de la policía y el Ejército. Es probable que observadores profesionales en el Pentágono y en otras agencias vean con preocupación el deterioro de nuestra vida pública, pero esto no se traslada a la opinión general.
AMLO es muy popular en el movimiento reivindicatorio de los chicanos. Pero estos están enfrascados en sus propias causas. Han entendido las no muy abundantes ventajas que les ofrece el sistema y lo aprovechan con eficacia. La causa de Morena (una propuesta de centro izquierda moderada y no antiestadunidense) podría atraer a sectores liberales y progresistas. Sin embargo, no se organizó una campaña para buscar su apoyo. Fueron bien recibidos Fernando Turner, Héctor Vasconcelos y Rogelio Ramírez de la O, pero no se buscó una alianza con los chicanos ni con otros sectores. No pudimos competir con los enormes recursos del PRI y del gobierno panista.
En el futuro, el ala progresista de la política mexicana deberá profundizar su presencia y contactos en EU donde tendría excelentes aliados. No basta con elogiar a los trabajadores mexicanos, habría que amarrar
con ellos acuerdos políticos. Nuestras elites carecen de visión estratégica frente al gobierno y la sociedad de EU. Octavio Paz decía que México es una isla en el mar norteamericano. Hoy estamos cerca de volvernos un protectorado. Hay algunos expertos y fino trabajo académico, pero no entendimiento político cabal ni mucho menos definición de objetivos de un conjunto de tácticas y técnicas para llevarlas a delante. Pero la complejidad de EU repercute e influye en toda la vida mexicana y parece que no sabemos aprovechar las ventajas y reducir los costos. La propuesta de AMLO de superar la alianza militar y cambiarla por formas de colaboración profunda y efectiva es inédita en la izquierda, pero tendría que desarrollarse a fondo.