Tres mujeres enfrentan 7 años de cárcel por vandalismo por motivos de odio religioso
Martes 31 de julio de 2012, p. 20
Moscú, 30 de julio. Tras mantener durante cuatro meses en prisión preventiva a las imputadas, como si fueran un peligro para la sociedad, comenzó este lunes en Moscú el juicio contra las tres integrantes del grupo punk Pussy Riot, que tuvieron la irreverente idea de bailar una misa
en el altar mayor de la catedral de Cristo Redentor, el principal tempo ortodoxo de la capital rusa.
Pero lo que ha desatado la ira de las autoridades sobre Nadezhda Tolokonnikova, Maria Aliojina y Yekaterina Samutsevich, mujeres de entre 22 y 29 años, madres de niños pequeños las dos primeras, es que acompañaron su inusual protesta con una oración, cantada a ritmo de guitarra eléctrica, en la que pedían a la Virgen que no permitiera el regreso de Vladimir Putin a la presidencia de Rusia, por tercera ocasión.
Madre de Dios, no permitas que vuelva Putin (al Kremlin)
, para sorpresa de los creyentes que había en la catedral el 21 de febrero pasado, cantaron cinco muchachas encapuchadas –finalmente dos de las participantes en la acción, reivindicada por el grupo punk Pussy Riot, no pudieron ser identificadas– y, mientras se desprendían de algunas prendas hasta quedar en ropa interior, acusaron a Kiril, patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, de creer más en el presidente de Rusia que en Dios.
Por ello, la fiscalía imputa a las muchachas el delito de vandalismo por motivos de odio religioso
, tipificado en el inciso B del artículo 213 del Código Penal, que supone una pena máxima de hasta siete años de cárcel.
Una de las acusadas, Nadezhda Tolokonnikova, reconoció ayer como un error ético
hacer la presentación en el templo, pero ni ella ni las demás participantes pensaron en ese momento que pudieran ofender a nadie con su protesta política con medios artísticos
.
El grupo punk no pretendía herir los sentimientos religiosos de nadie
y se opone a la política autoritaria y antifeminista
del titular del Kremlin, defendieron hoy su posición las imputadas en su primera intervención en el juicio.
Destacados intelectuales y artistas de Rusia, que fracasaron en su mediación para liberar a las muchachas, consideran desproporcionado el castigo que se les quiere imponer.