Ciudad del Vaticano, 18 de julio. El Vaticano está dispuesto a reforzar la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, tras la publicación de un informe del Moneyval, organismo especializado del Consejo de Europa que insta al Estado a avanzar en ese sentido.

El informe constituye no el fin, pero sí una etapa en nuestra lucha constante para conjugar el compromiso moral y la excelencia técnica, declaró Ettore Balestrero, subsecretario a cargo de las relaciones con los estados, en una conferencia de prensa.

El prelado prometió reforzar el conjunto del sistema para ser un socio fiable de la comunidad internacional, tras destacar que el informe contiene un prudente voto positivo pero también críticas y menciona muchos cambios por realizar.

En su informe, Moneyval estima que la santa sede progresó mucho en poco tiempo, al destacar que buena cantidad de los elementos de un régimen de lucha contra el lavado de capitales y el financiamiento del terrorismo están formalmente instalados.

Pero quedan otras áreas problemáticas importantes por tratar, señalaron los expertos tras una inspección en el lugar en noviembre de 2011 y una nueva legislación que entró en vigor en el Vaticano en enero.

Los expertos subrayan, por ejemplo, que el Instituto para las Obras de la Religión (IOR, el llamado banco del Papa), que tiene 33 mil 404 cuentas, apenas comenzó a elaborar su base de datos de clientes, prometida para finales de 2012. Recomiendan que el banco del Vaticano sea supervisado de manera independiente.

Las fallas del banco en las 16 áreas clave de la transparencia financiera son: insuficiente cuidado de los clientes, escaso cumplimiento de los reportes sobre transacciones sospechosas, insuficiente supervisión y monitoreo.

Por otra parte, el Moneyval felicita que la gendarmería del Vaticano tenga nuevos poderes para investigar crímenes financieros, pero lamenta que no esté formada para esas tareas.

Los expertos expresan también dudas sobre los reales poderes de la Autoridad de Información Financiera (AIF), creada en diciembre de 2010 a iniciativa de Benedicto XVI, para mayor transparencia.

Todo esto implica que el Vaticano se mantendrá, por el momento, fuera de la lista blanca de países que se rigen por las normas mundiales en la lucha contra el lavado de dinero, el financiamiento al terrorismo y la evasión fiscal.