La Unión Nacional de Avicultores (UNA) propuso la creación de un fideicomiso con un monto de alrededor de 70 millones de pesos para compensar a los productores que han perdido parvadas por la influenza aviar H7N3, así como para continuar en el segundo sitio en la producción de huevo en el continente, después de Estados Unidos.

Desde el 20 de junio, al confirmarse la presencia del patógeno en las granjas de los municipios de Tepatitlán y Acatic, Jalisco, se han sacrificado 66 mil aves diariamente. Hasta finales de mes, especificó Enrique Sánchez Cruz, director en jefe del Servicio Nacional Servicio de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), se tendrá la vacuna. Trabajamos en coordinación con las autoridades sanitarias de Estados Unidos para intercambiar cepas de virus que puedan ser utilizadas; esperamos concluir las pruebas de la vacuna mexicana en 15 días e iniciar la producción de ellas a fines de mes.

En el caso de las vacunas que se importarán de países asiáticos, especificó que aún deberán realizarse pruebas para garantizar que no tengan otros virus diferentes al detectado en el país, pues ello puede generar alguna colateralidad.

Sergio Chávez, directivo de la UNA, insistió en que lo más importante es controlar y erradicar la enfermedad exótica de las aves en las granjas de Tepatitlán y Acatic, ya que Jalisco es el primer productor de huevo en el país, pues cuenta con 90 millones de gallinas ponedoras distribuidas en cerca de 360 granjas. El año pasado aportó 55 por ciento de los 2.5 millones de toneladas de la producción nacional.

Las vacunas son un instrumento complementario al Dispositivo nacional de emergencia de salud animal (Dinesa) para proteger 150 millones de gallinas ponedoras.

Descartó la necesidad de importar huevo en este momento, pues hay suficiente producción para sostener el consumo per cápita nacional anual de entre 22.4 y 22.5 kilos. Además, el mercado más lógico para el país es Estados Unidos, pero allá el huevo se lava, desinfecta y vende en anaquel refrigerado, por lo que importarlo de allí significaría mantener la producción en una red de frío para sostener la calidad del producto. Las cosas tienen que verse con más calma; las autoridades de salud animal de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación,(Sagarpa) están haciendo las cosas bien, consideró.

Sostuvo que el aumento del precio en días recientes es producto de una burbuja especulativa que reventará cuando se normalicen los flujos comerciales.

Explicó que este año ha sido difícil para los avicultores, pues no esperábamos que la volatilidad en materias fuera tan importante; además, el deslizamiento del peso frente al dólar también impactó en los costos de producción, ya que 68 por ciento corresponde a alimentos, los precios de maíz han fluctuado entre 4 mil y 4 mil 500 pesos por tonelada, y los de soya entre 5 mil 500 y 5 mil 700 pesos la tonelada.

Los productores tienen la necesidad de restablecer los costos de producción, pero el promedio de aumento fue hasta los 18 pesos por kilo. Los expendios exageran al vender entre 25 y 30 pesos por kilo. Eso es injustificable, corresponde a la Secretaría de Economía actuar.

Salvador Mireles Flores, de la UNA en Guadalajara, puntualizó que hasta el momento las granjas avícolas de Jalisco mantienen el empleo de 308 mil trabajadores. Hay una movilización normal de los productos y subproductos de ave en las granjas que están fuera del cordón sanitario impuesto por Senasica, concluyó.