En 4 mil 700 escuelas del país ocurren con frecuencia robos, vandalismo, extorsiones, violencia física, acoso entre pares, discriminación, agresiones verbales y físicas y, en este ciclo escolar, se han registrado 20 balaceras en Nuevo León y Tamaulipas que han afectado las actividades diarias de los planteles, informó el coordinador nacional del Programa Escuela Segura (PES), José Aguirre Vázquez, quien advirtió que en todas los centros educativos ubicados en la zona fronteriza se mantienen encendidos los focos de alerta.

A su vez, informó que 42 mil 300 escuelas que forman parte del PES –esto es, 90 por ciento– están ubicadas en los 358 municipios de mayor incidencia delictiva.

Condiciones de alto riesgo

En Acapulco, apuntó, se tienen identificadas cuatro zonas de la ciudad dentro del programa Todos por Acapulco, en el que las condiciones son de alto riesgo para los planteles debido a las amenazas y la extorsión contra maestros.

En conferencia de prensa, adelantó que ya se identificaron otras 80 escuelas a las que se focalizará atención y se dará un seguimiento muy cercano, como parte de la estrategia del gobierno federal.

Enfatizó que todos los municipios de la frontera tienen una atención particular en términos de prevención, porque están más expuestos al riesgo. Al cierre de este ciclo escolar –el último día de clases es hoy (viernes)–, el funcionario dio un informe de los avances del PES, cuya meta fue tener una cobertura de 36 mil 648 escuelas al finalizar este sexenio.

Al concluir el ciclo escolar la cobertura es de 47 mil escuelas a las que asisten 11 millones de estudiantes. El total de municipios participantes es de 714, aunque en 358 se encuentra la mayoría de los planteles integrados al PES.

El objetivo será que al finalizar este sexenio el PES llegue a 51 mil planteles de educación básica.

Reconoció que el presupuesto de operación para este año fue de 329.5 millones de pesos, similar al del año anterior. Lo deseable, dijo, es que se llegue a la totalidad de los centros educativos del país, pero hay limitaciones presupuestales y, por otra parte, la exposición a la violencia de un plantel en una zona fronteriza es distinta a la que puede tener un plantel en una zona del centro.