El círculo de hombres y mujeres más cercano e influyente en torno a Enrique Peña Nieto, candidato presidencial del PRI, es hermético y reducido. De hecho, a quienes se da por seguros en su equipo de transición no van más allá de una docena, y son menos aún quienes estarían ya firmes para un cargo de gobierno.

La única excepción –coinciden todos– es Luis Videgaray, poderoso e inaccesible operador en la organización de la campaña y la definición de las listas de los candidatos al Congreso y aun a las gubernaturas; incluso hace funciones de filtro para quienes quieren acercarse a su jefe.

Aunque el ex gobernador mexiquense es definido como un pragmático a ultranza, priístas consultados lo ubican también como alguien difícil de ceder en el otorgamiento de posiciones políticas y administrativas sólo como pago de favores o premios de consolación.

Sin embargo, y por los nombres vinculados a Peña Nieto en los meses transcurridos desde su anuncio de la búsqueda de la candidatura –en septiembre de 2011–, su posterior postulación formal y luego la fase de proselitismo, el equipo más inmediato y, por tanto, asistente habitual a las reuniones de cuarto de guerra es, en su mayoría, el mismo que lo acompañó como gobernador en el estado de México.

Entre ellos estarían, además de Videgaray, los siguientes: Héctor Velasco Monroy, coordinador de giras y diputado federal en la actual legislatura. Como Videgaray, es amigo cercano de Peña Nieto desde que fue dirigente del Frente Juvenil Revolucionario Institucional en Atlacomulco; después fue coordinador de su campaña para diputado local y posteriormente para el gobierno mexiquense.

Quienes los han visto juntos en las giras relatan que tiene una inmejorable relación con el candidato presidencial.

Miguel Osorio Chong, ex gobernador de Hidalgo y actual secretario de organización de la dirigencia nacional, tuvo a su cargo la ingeniería electoral en el país y la relación política al exterior con grupos afines al tricolor.

Liébano Sáenz, ex secretario particular del ex presidente Ernesto Zedillo. Según versiones recabadas entre priístas, Sáenz se mantuvo a la sombra en esta campaña, manejando las encuestas semanales que daban ventaja hasta de 45 por ciento al priísta. Esta labor –revelaron– la hizo en colaboración con Alejandro Quintero, titular de comercialización de Televisa y mencionado en los reportajes de The Guardian como quien habría estado detrás de los contratos de Peña Nieto con la televisora para favorecer su imagen y denostar a sus contendientes. Existen referencias de que salió del país tras estallar el escándalo a raíz de las publicaciones del diario londinense.

Erwin Lino es secretario particular del abanderado priísta desde que fue gobernador. Es contador público y ha dado cátedra en las universidades Iberoamericana y del estado de México.

Francisco Guzmán, la pluma en los discursos del candidato, fue coordinador de información y estrategia en el gobierno mexiquense.

Ricardo Lozoya Austin, coordinador de vinculación internacional de la campaña presidencial, ha sido director para América Latina del Foro Económico Mundial y colaborador en el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco de México. Es licenciado en economía por el ITAM, en derecho por la UNAM y maestro en desarrollo económico por la Universidad Harvard. Es hijo de Emilio Lozoya Thalmann, secretario de Energía en el gobierno de Salinas.

Jorge Corona, secretario privado de Enrique Peña. Es el asistente permanente del priísta en todos sus eventos públicos y privados.

Aurelio Nuño, coordinador de difusión y mercadotecnia del candidato. Fue su asesor en el gobierno del estado de México, así como coordinador de asesores de Videgaray cuando éste fue presidente en la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados.

Luis Vega, titular de administración del Comité Ejecutivo Nacional. Los priístas consultados refieren que manejó directamente los fondos de la campaña.