Al cerrarse esta edición, el cómputo de la elección presidencial registraba un avance de 99.51 por ciento de las casillas y sólo faltaban por computar 965. El candidato de Compromiso por México, Enrique Peña Nieto, sumaba 19 millones 133 mil 414 votos (38.22 por ciento) y Andrés Manuel López Obrador, del Movimiento Progresista, tenía 15 millones 804 mil 950 sufragios, esto es, 31.57 por ciento.

La panista Josefina Vázquez Mota, 12 millones 729 mil 400 (25.42 por ciento), mientras que Gabriel Quadri, de Nueva Alianza, llegaba a un millón 142 mil 954, para un porcentaje de 2.28. En total votaron 50 millones 67 mil 236 ciudadanos.

El informe del secretario ejecutivo del Instituto Federal Electoral (IFE), Edmundo Jacobo Molina, indicó que la apertura de paquetes se registró finalmente en  68 mil 384 casillas y no 77 mil, como se había anunciado. Subrayó que los cómputos se realizaban con normalidad, sin errores y listos para enfrentar las siguientes fases del conteo para la elección de diputados y de senadores.

Los estados donde hubo mayor recuento de casillas fueron: Baja California, 64.3 por ciento; Querétaro, 56.18; Sonora, 53.79; Durango, 54.27, y Guanajuato, con 54.72 por ciento. El reporte del cómputo tuvo una enorme consistencia –según el consejero Marco Antonio Baños– con los otros instrumentos del instituto: el PREP (38.15 por ciento a Peña y 30.90 a López Obrador) y el conteo rápido (entre 37.93 y 38.55 al priísta y entre 30.90 y 31.86 al tabasqueño).

Presentado el informe, el PRI y el Movimiento Progresista se enfrascaron en descalificaciones: Es el priísmo una excrecencia de la historia de México, lanzó el perredista Pablo Gómez; el priísta Fernando Castro devolvió: La pregunta es si López Obrador ya se fue a su rancho. Y no repito el epíteto del rancho por respeto al público.

Gómez cuestionó la desigualdad que no consta en actas y por tanto no existe. Inequidad a través del uso de los medios de comunicación más influyentes, financiamientos ilícitos a través de una práctica que no consiste en la manipulación de los votos en las casillas, sino en la compra de los votos.

Censuró el regreso del PRI al poder por representar a la vieja oligarquía, por chorrear sangre y lodo. Lo calificó de ser la mayor tragedia nacional, por lo que ante el retorno tricolor no queda más que la rebelión.

El priísta Sebastián Lerdo de Tejada dijo que el discurso de Gómez era trasnochado y sesentero, con llamados a la rebelión. Es inadmisible seguir pretendiendo engañar a la gente con mentiras grandilocuentes, falsas, como lo escuchamos en la conferencia de López Obrador. Es una verdadera puesta en escena que los mexicanos no merecemos.

Camerino Márquez (PRD) cuestionó el rebase de topes de campaña, la adquisición encubierta de espacios en Televisa, el uso de flotillas de aviones privados, la distribución de electrodomésticos y monederos electrónicos, el fondeo de 56 millones de dólares. Pidió a la Unidad de Fiscalización del IFE presentar un informe sobre los avances de las investigaciones.

En materia del cómputo, el candidato priísta sustentó su victoria en haber obtenido ventaja en 19 entidades: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Colima Chiapas, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Jalisco, estado de México, Michoacán, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora y Veracruz.

La ventaja priísta se sustentó con especial énfasis en el norte, a pesar de un sustancial crecimiento de la izquierda. En Zacatecas, donde hasta hace dos años gobernaba la izquierda, el PRI obtuvo la ventaja más amplia, con 51.2 por ciento, frente a 24.48 del Movimiento Progresista. En Chihuahua, PRI-PVEM también aventajó con más del doble de la izquierda: 46.45 frente a 24.65 del PAN y 22.65 del Movimiento Progresista.

Durango y Sinaloa fueron otras dos entidades que le reportaron diferencias importantes con respecto a López Obrador. En Durango, el PRI-PVEM obtuvo 47 por ciento frente a 28.23 del PAN y 20.58 por ciento del PRD-PT-Movimiento Ciudadano; en Sinaloa, Peña Nieto logró 46.69 por ciento frente a 25.07 del PAN y 23.63 por ciento de la izquierda. Fue en Yucatán donde Peña Nieto logró mayor margen respecto de López Obrador: 41.84 frente a 16.92 por ciento.

En cuanto al Movimiento Progresista, el cómputo consolidó sus victorias en Distrito Federal, Guerrero, Morelos, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco y Tlaxcala. Puebla fue la entidad más disputada entre López Obrador y Peña Nieto, con 34.57 y 34.41, respectivamente.