El sector, en proceso de construcción de ciudadanía
; cubre casi 52% del registro electoral
Domingo 1º de julio de 2012, p. 14
En la presente elección, los partidos políticos pelearon el voto femenino pues éste sí puede definir el resultado
, no sólo porque en la lista nominal hay un mayor número de mujeres, sino porque acuden en mayor proporción a sufragar; prueba de ello es que durante las pasadas campañas como nunca antes
hubo estrategias dirigidas específicamente para obtener su voto, señalan especialistas en participación política y miembros de colectivos feministas.
El registro de electores es de 79 millones 483 mil 471 personas, de las cuales 41 millones 199 mil 700 (51.83 por ciento) son mujeres y 38 millones 283 mil 771 (48.17 por ciento), varones.
Respecto del comportamiento del sufragio femenino, Jogin Abreu, especialista en ciencia política y consultora independiente, explica que en términos generales, las mujeres somos más adversas al riesgo, pues tenemos cierto temor al cambio
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Sin embargo, luego de la alternancia que se dio en el 2000, ejercemos un voto analítico, estratégico; vemos por nuestros intereses inmediatos, que son nuestra familia y nuestra vida diaria
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En ese sentido, “el voto femenino es prospectivo más que retrospectivo; es decir, analizamos más a la persona que al partido: la confianza que genera o sus cualidades para gobernar, pero también buscamos la ‘agenda’ que nos interesa y la decisión se puede tomar para premiar o castigar al candidato, en función de lo que representa para nuestra vida cotidiana”, añadió.
Estudios realizados por el Instituto Federal Electoral (IFE) y el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop) de la Cámara de Diputados revelan que desde 2003 se observa una tendencia mayor de participación de mujeres (de entre cinco y diez por ciento) respecto de los varones en prácticamente todo el país, refiere Elsa Conde, integrante de la Campaña Nacional por el Derecho a Decidir.
Sin embargo, subraya, el abstencionismo sigue representando un porcentaje considerable en ambos sectores.
El promedio de votación es apenas de 50 por ciento. En términos de legitimidad de las instituciones, esto es muy bajo. Hay un porcentaje importante de población femenina que no encuentra en la oferta política ninguna motivación para acudir a las urnas porque ninguna fuerza política responde a sus necesidades
, considera.
Pilar Muriedas, de la agrupación Territorios de Cultura para la Equidad, expone que los partidos políticos se disputan los votos de mujeres y jóvenes porque son sectores en desventaja que pueden generar un cambio en las elecciones. No es el voto duro de siempre de los señores; las mujeres estamos en un proceso de construcción de una ciudadanía
.
No obstante, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010, realizada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, tres de cada diez mujeres avisan o piden permiso para decidir por quién van a votar
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Al respecto, Muriedas señaló que las instituciones como el propio IFE, el Instituto Nacional de las Mujeres y la Secretaría de Educación Pública deben responder por esta pobreza de cultura cívica. El Estado debería promover una conciencia ciudadana
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