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Elecciones 2012

En las legislativas de 2009 logró más que duplicar la cifra de diputados obtenidos en 2006

Con la divisa de la unidad, busca el PRI recobrar la Presidencia de la República

Tras colaborar con el gobierno de Calderón, se propuso recuperar posiciones en los estados

 
Periódico La Jornada
Domingo 1º de julio de 2012, p. 6

El PRI llega a la elección de este domingo después de 12 años de haber perdido la Presidencia de la República, periodo en el que los reacomodos implicaron una pugna por el control interno, que derivó en una candidatura de unidad con la cual intentará por segunda ocasión consecutiva recuperar la silla presidencial.

Ello, luego de que hace seis años su candidato presidencial, Roberto Madrazo, quedó en tercer lugar en la contienda con 9 millones 237 mil votos, esto es, más de 5 millones de sufragios por debajo de los contabilizados a Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón.

Aunque en esa ocasión el tricolor sólo logró 106 de los 500 integrantes de la Cámara de Diputados, la polarización del PAN y los partidos de la izquierda por la discutible decisión de quién triunfó en la elección presidencial, lo llevó a asumir un papel protagónico para aportar, como primer gran favor al nuevo gobierno, el quórum para la ceremonia de toma de posesión de Calderón como Presidente, el 1º de diciembre de 2006.

Tres meses después de esa fecha, en marzo de 2007, la flamante dirigente nacional tricolor, Beatriz Paredes –hoy de aspirante a la jefatura de Gobierno de la capital del país– ya presumía esa aportación ante sus militantes. Justificaba: No está a prueba la lealtad del PRI con las instituciones del país y con la estabilidad de México.

Desde la llegada de Vicente Fox a Los Pinos en 2000, el PRI se había definido como oposición responsable, y transcurrió ese primer periodo tratando de aprender a sobrevivir sin el poder presidencial y sumido en una de sus peores crisis estructurales y económicas, sobre todo tras la multa de mil millones de pesos impuesta por la autoridad electoral como resultado del Pemexgate.

Además, y a diferencia de este proceso cuando –al menos en apariencia– la designación de su candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, se resolvió sin demasiadas fricciones internas, en 2006, Madrazo aprovechó su condición de líder del PRI para literalmente imponerse a quienes impulsaban a Arturo Montiel e incluso habían conformado un grupo conocido popularmente como Tucom (Todos unidos contra Madrazo).

Así, el PRI se presentó dividido a la contienda y no pasaría mucho tiempo para saber que incluso algunos distinguidos priístas jugaron abiertamente para el candidato del PAN.

Por eso tampoco extrañó el acompañamiento a Calderón en los primeros años de su gestión y sobre todo por la amistad y frecuentes encuentros de Paredes con el mandatario panista.

Con la llegada de 2010 y numerosos procesos locales en puerta se produjo la ruptura del PRI con el partido en el poder cuando éste decidió aliarse en varias entidades con el PRD.

En marzo de ese año salió a la luz y motivó una virulenta sesión en la Cámara de Diputados, la firma de un pacto en la Secretaría de Gobernación donde Beatriz Paredes habría aceptado aumentar el IVA como moneda de cambio para impedir la coalición de PAN y PRD en el estado de México.

Finalmente ésta no se dio, pero sí la hubo en Puebla, Sinaloa y Oaxaca y con ello la relación con la administración calderonista quedó fracturada. Ello se tradujo en un alejamiento y auténtico bloqueo del priísmo a algunas iniciativas del Presidente.

De modo simultáneo, el PRI se reconstruía. Con la llegada del coahuilense Humberto Moreira (enero de 2011), el PRI endureció su discurso contra la gestión panista.

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Enrique Peña Nieto, el 8 de mayo pasadoFoto Cristina Rodríguez

En su discurso de toma de posesión y ante la nomenclatura partidista, recompuso el rol que había jugado su partido a partir de 2000. Que somos responsables, sí, pero oposición. Oposición al camino equivocado que va tomando la nación. Es preciso evocar nuestras raíces y lealtades, dijo entonces.

También inció una intensa batalla del PRI por reafirmar y recuperar importantes posiciones en los estados, apoyado en el aire triunfal de las elecciones intermedias de 2009, donde logró más que duplicar (237 curules) la cifra de diputados obtenida en 2006.

Para entonces ya era un hecho el incesante activismo del gobernador del estado de México, Peña Nieto, con el interés de obtener la candidatura presidencial.

Pero en ese trance, sobre todo a partir también de 2011, el coordinador de los senadores del PRI y ex gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones, manifestó su interés de alcanzar la postulación.

Con todo, la premisa de llegar unidos a la selección del candidato como la mayor prenda para regresar a Los Pinos se mantuvo durante el proceso interno.

Así, ambos pasaron por los filtros partidistas y con ese interés participaron en varios foros en octubre de ese año por la Fundación Colosio, para construir la plataforma electoral priísta.

El 20 de noviembre, Beltrones divulgó su decisión de no intervenir en la contienda interna. Ofreció la divisa de la unidad como necesaria y única condición del partido para regresar a la Presidencia.

Su decisión, expresó en un desplegado, no constituía un sacrificio, sino su aportación a la unidad y a la victoria de 2012. Subrayó: No habrá fractura del PRI.

Despejado el camino, Peña fue el único aspirante del tricolor. Se registró como tal el 27 de noviembre y el 19 de diciembre el partido emitió la constancia para acreditar la validez de su inscripción.

Recuperación de Michoacán

En el camino hasta este día, el PRI relevó a su líder nacional. Moreira, quien había ganado todas las elecciones –incluida la de Michoacán, que recuperó para el PRI después de 10 años y con todo que la candidata del PAN fue Luisa María Calderón, hermana del Presidente– debido a acusaciones por eventuales irregularidades en la contratación de deuda pública de Coahuila.

Moreira renunció a principios de diciembre y fue relevado por Pedro Joaquín Coldwell, senador y ex gobernador de Quintana Roo.

Con él se inició la selección de candidatos a las cinco gubernaturas, el gobierno de la capital del país que también se decidirán hoy, como de los aspirantes al Congreso y también de las alcaldías y diputaciones locales.

En el palomeo de las listas fue decisiva la palabra –como es costumbre en el PRI– del candidato Peña Nieto, pero también la de los 20 gobernadores priístas.

Anoche, el partido afinaba la estructura que soportará el desarrollo de la jornada electoral en su sede nacional, donde se prevé que Peña dé un mensaje por la noche en el auditorio Plutarco Elías Calles. A la par, el equipo del cantante de música norteña y banda Espinosa Paz, también montaba un escenario para animar la verbena priísta.