Después del enfrentamiento que la víspera protagonizaron policías federales en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), con saldo de tres elementos muertos, el presidente Felipe Calderón enalteció el proceso de depuración y fortalecimiento de las instancias de seguridad y justicia iniciado por su gobierno. Por eso hemos avanzado a una Policía Federal confiable que busque, precisamente, la confiabilidad en todos sus miembros y que tenga las capacidades para enfrentar a la delincuencia.

Al conmemorar el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, el Presidente afirmó que en este proceso de depuración el gobierno federal ha encontrado mucha resistencia, pues se han tocado sustancialmente los intereses de los criminales en distintas redes.

Reconoció que el poder de los criminales ha crecido exponencialmente en el país, debido, primordialmente, a la fragilidad, debilidad y corrupción de las policías y procuradurías de justicia.

Sin embargo, aseguró que la lucha contra el narcotráfico y las adicciones son un esfuerzo que debe trascender coyunturas políticas y partidistas, y seguir adelante en los años por venir. Porque no podemos tirar por la borda lo que se ha hecho, advirtió.

Además, a unos días de las elecciones presidenciales, Calderón hizo votos porque el próximo gobierno de México se comprometa, verdaderamente, a luchar por la seguridad de los mexicanos, con la determinación que ello requiere.

Y, al mismo tiempo, actuar paralelamente y con la misma intensidad en la depuración y fortalecimiento de las instituciones de seguridad y justicia, no sólo en el ámbito federal, sino, y medularmente, a el estatal y municipal. También se debe actuar en la reconstrucción del tejido social, a fin de brindar a los jóvenes las oportunidades de educación y empleo que demandan, y evitar que caigan en las redes del narcotráfico y las adicciones.

En el acto, realizado en el Castillo de Chapultepec, Calderón señaló que la sociedad y el gobierno mexicano no pueden resignarse a que el poder de la delincuencia someta al país y hacer como si nada pasara. Porque sólo ese hecho, simular que nada pasa, fortalece a los criminales y debilita a la sociedad y al Estado mismo.

Simular que nada pasa y, en consecuencia, hacer nada, es precisamente lo que permitió que los criminales avanzaran sin resistencia tantos años. Es suponer que cuando se está asaltando la casa, lo mejor es no hacer nada, ignorar al asaltante, dejarlo que entre libremente. Y el asaltante no sólo termina por tomar todo lo nuestro, sino por tomar la vida de cada uno de los nuestros, ejemplificó.

Ante los secretarios de Gobernación, Salud, Educación y la titular de la PGR, además de varios miembros del cuerpo diplomático acreditado en el país, el Presidente subrayó la necesidad de impulsar acciones cada vez más decididas para evitar que el tráfico ilícito de drogas y su uso indebido sigan afectando tan dramáticamente a nuestras sociedades.

Estimó que los problemas mayores de violencia, no sólo en México sino en toda América Latina, están quizá vinculados al uso ilícito de drogas y a su tráfico.

En el caso de México, dijo que el crecimiento de la violencia se explica no sólo por la fragilidad de las instituciones policiacas y de procuración de justicia, sino también porque en las últimas décadas el país pasó de ser un lugar únicamente de tránsito de drogas a consumidor.

Este solo hecho, añadió, fue un cambio de consecuencias muy serias, pues al narcotráfico se sumó el narcomenudeo, y con ello vino una nueva estrategia operativa de los criminales, que pasaron del mero control de rutas y puntos, y de agentes fronterizos, a la búsqueda de expansión geográfica y de control territorial y, en consecuencia, de lucha por el territorio.

Calderón insistió que su gobierno también ha destinado importantes recursos a la prevención y atención de las adicciones, donde se han hecho acciones sin precedente. No digo que sea suficiente. Hace mucha falta hacer más, pero por primera vez en México se ha destinado un presupuesto como el actual, de más de 6 mil 600 millones de pesos para prevención y tratamiento de usuarios de droga, dos veces y media más que lo invertido, por ejemplo, en el sexenio anterior. Además, se construye la red y la estrategia de prevención, atención primaria y tratamiento quizá más grande de América Latina.