Para el roquero chileno Beto Cuevas, el mundo pasa por un proceso de transformación, algo que se siente en el ambiente. Esto me lo han dicho algunas personas y yo lo siento igual, como que algo vendrá. Son subjetividades, quizás por la madurez, por la permanente búsqueda de una mejor expresión artística, por su actual etapa de solista, por los recuerdos de lo que fue La Ley… todo eto es Beto Cuevas hoy.

En conferencia de prensa, realizada el jueves pasado, Beto Cuevas presentó un adelanto de su nuevo disco, Transformación, que saldrá a la venta el próximo 21 de agosto, cuyo primer sencillo es Quiero creer.

Al detallar su concepto de transformación, el cual tiene que ver con su yo interno, también dijo que la realidad no puede dejarse de lado. Por ello, habló sobre la lucha de los estudiantes de su país en pro de la educación gratuita y por la libertad de expresión, luego de un silencio atroz durante la dictadura militar de Pinochet: “En el mundo hay un despertar, sobre todo de los jóvenes. En un mundo donde las comunicaciones son inmediatas, las nuevas generaciones saben unirse y comunicarse, mucho mejor que antes. El movimiento estudiantil chileno me inspiró a tal punto que en este disco hay les dedico una canción: Amor y actitud. Me inspiró que luchan por algo completamente necesario y justo: el derecho de tener educación de calidad para todos, no sólo para privilegiados, porque finalmente éstos son los que terminan en el poder.

“El poder debe ser para quienes tienen propuestas, corazón, que no sólo buscan el bien de su bolsillo, lo cual predomina en el mundo, manejado por las corporaciones.

Me sentí muy inspirado por el movimiento estudiantil, que se caracteriza por ser pacifista y organizado. En un principio tuvo tintes de violencia, pero eso ocurre siempre, porque los movimientos son infiltrados para desacreditarlos y restarles fuerza. No obstante, en mi país ese movimiento es pacífico, al igual que en México el #YoSoy132; lo mismo en España con los Indignados. El movimiento estudiantil chileno seguirá tomando fuerza en la medida que siga siendo pacífico, sin politizarse, porque cuando eso ocurre se pierde el carácter civil y suelen perderse, porque ese es el recurso que tiene el sistema para defenderse. Es decir, siempre que la protesta civil se politiza, pierde. Por lo pronto yo lo apoyo, y me parece sumamente justo. Estoy por la educación gratuita y de calidad para todos.

Con el auge de los movimientos estudiantiles en varios países de América Latina se han vuelto a corear canciones que el neoliberalismo ya tenía más que muertas, las cuales enarbolan una defensa contra la pobreza y el poder. Al respecto, Beto Cuevas opinó: “No creo que canciones como esas mueran jamás. Son eternas, porque las canciones buenas nunca mueren. Vivimos en un mundo donde hay muchas que no tienen vida; hay muchas canciones zombie. Hay muchas canciones que no dicen nada, que solamente están ahí para entretener y marear. No sé cuál es la intención de quienes sólo hacen canciones para mover las caderas, que tampoco está mal, porque no quiero solamente criticar, tampoco soy snob de la música, también hay que bailar y mover las caderas puede ser una celebración de la vida, y es válido, pero me parece que las canciones hechas con intención noble apuntan a despertar la conciencia de la gente y no mueren nunca. Simplemente pueden pasar periodos de hibernación, pero no creo que desaparezcan.

“Simplemente los tiempos que vivimos son propicios para traerlas de nuevo. Cuando fue el terremoto de Chile hice una canción e invité a muchos artistas, porque así debe ser en esas causas. Grabamos Gracias a la vida previo permiso de la familia de Violeta Parra. Recuerdo que fue muy fácil llamarlos e invitarlos. El primero que contestó fue Miguel Bosé, después Shakira y luego otros. Recaudamos dinero que ayudó un poco, pero para la gente fue importante.”