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Es para los estudiantes que se están rompiendo la madre, dijo Saúl

Caifanes dedica concierto en el Auditorio a #YoSoy132
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Caifanes hizo un recorrido por su discografíaFoto Fernando Moguel
 
Periódico La Jornada
Sábado 23 de junio de 2012, p. 7

¡Este concierto esta dedicado a los estudiantes que se están partiendo la madre para que este país cambie, para los del #YoSoy132! Ojalá exista un candidato, un presidente, que tenga una profundidad de pensamiento y emotividad, que se acerque a ustedes y les dé su lugar, que los respete como son: el presente de este país, ¡no las mamadas que están ahí en las cámaras de senadores y diputados!, expresó Saúl Hernández la noche del pasado jueves en el concierto que ofreció con Caifanes, el cual, según comentarios de algunos seguidores, fue ejemplo de entrega y profesionalismo. Durante tres horas se escuchó lo esencial de estos músicos, desde Viento hasta La negra Tomasa, que se escuchó ya en la madrugada del viernes.

Emocionado, Saúl pidió a la raza que tenía enfrente que tomaran en consideración la lucha de los jóvenes, quienes se están enfrentando a fuerzas muy poderosas y hasta peligrosas. Para ellos cantó Antes de que nos olviden, que refirió como canción que puede adecuarse a situaciones como la actual, socialmente agitada e intensa, previa a las elecciones presidenciales del primero de julio. Caifanes se presentó por primera vez en el Auditorio Nacional hace 24 años.

El público le respondió con aplausos. El también jaguar suele manifestarse en pro de los movimientos que buscan una mejor situación social para los sin voz.

Caifanes siguió un formato de concierto retrospectivo en función de las etapas decisivas de su trayectoria, con la proyección en varias pantallas de cuando eran jóvenes e imitaban a The Smiths de The Cure, con los pelos despeinados, ojos pintados de oscuro, y cuando tenían que defenderse de productores musicales que los veían como ataúdes, lo cual quería decir que querían que cambiaran su facha a algo más comercial. Nunca aceptaron, para no comprometer su música.

Así, desde su primer cedé, Caifanes ha cosechado triunfos y seguidores, verdaderos fanáticos que la noche del pasado jueves en el Auditorio Nacional gritaban ¡Te quiero, Marcovich!, “¡Saúl, canta…!”, las rolas que lo han hecho el hombre de humo y alcohol que pide que lo entierren con dulces y no con piedras.

Varios papás iban acompañados por sus hijos, para que escucharan a uno de sus grupos favoritos, con los cuales crecieron, se emborracharon y hasta conocieron a sus actuales esposas. A veces suele ser infructuoso tal esfuerzo, pues los menores se aburren al no entender. Mención aparte merecen los verdaderos fans que se saben todas las canciones caifanescas y que pasan por alto la cansada voz de Saúl, que lanzó a los cuatro vientos Mátenme porque me muero, No dejes que, La célula que explota y tantas otras que ya forman parte del gusto colectivo.

Saúl se hincó en el escenario y exclamó: No hace falta decir, raza, que estamos a tus pies y tus deseos son órdenes.