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Cumbre del G-20

Se comprometen países de la zona euro a tomar medidas para salvaguardar la estabilidad

Frágil recuperación económica mundial, advierte la jefa del FMI

Reconoce el G-20 la necesidad de apuntalar el crecimiento global y generar empleos

Obama: las soluciones a problemas de Europa deben ser decididas por los países que lo integran

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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ayer en conferencia de prensa en el Centro de Convenciones de San José del Cabo, Baja California Sur, en la cual abordó las resoluciones tomadas durante la reunión del G-20 acerca de la crisis global y de la zona euroFoto José Carlo González
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La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, ayer en conferencia de prensa, luego de la clausura de la reunión del G-20 en Los Cabos, Baja California SurFoto Reuters
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Periódico La Jornada
Miércoles 20 de junio de 2012, p. 30

Los Cabos BCS, 19 de junio. La recuperación de la economía mundial, después de cinco años de crisis, se ve muy frágil, resumió Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), al término de la cumbre del Grupo de los 20 (G-20). La cita concluyó con un compromiso de los países del G-20 que pertenecen a la zona del euro de tomar todas las medidas necesarias para salvaguardar la integridad y la estabilidad de la eurozona y con el reconocimiento de que son necesarios pasos para apuntalar el crecimiento global, la generación de empleos e incrementar el bienestar de los pueblos.

El encuentro de dos días, organizado por la presidencia mexicana del G-20, estuvo marcado por la agudización de la crisis financiera en los países del euro, que en las últimas semanas ha cargado con mayor fuerza contra España e Italia y que ha puesto en la imaginaria la eventual salida de Grecia de la unión monetaria.

Los miembros del G-20 que pertenecen a la zona euro tomarán las medidas de política necesarias para salvaguardar la integridad y la estabilidad de la zona y mejorar el funcionamiento de los mercados, reza la declaración asumida por los gobernantes de los países pertenecientes al grupo, conjunto de naciones que representa 85 por ciento de la economía mundial.

Hay un sentimiento claro de que se necesita restaurar la confianza, de que la situación económica es incierta y de que la recuperación es frágil”, consideró Lagarde en una conferencia de prensa al término de la cumbre.

Un tono similar fue el del presidente de Estados Unidos, Barack Obama: reconocemos que hay varias amenazas a la recuperación y el crecimiento económico mundiales. El tema que más atención recibió fue por supuesto el impacto de la situación en Europa, añadió el mandatario estadunidense en una conferencia de prensa, ofrecida una vez que la cumbre había sido clausurada. Vale la pena señalar que la mayoría de los líderes de la eurozona no son parte del G-20. El reto de Europa no lo resolverá el G-20, ni Estados Unidos. Las soluciones tendrán que ser decididas por los pueblos de Europa, agregó.

En la declaración final, los gobernantes de los países integrados al G-20 hacen énfasis en que todos los miembros del grupo adoptarán las acciones necesarias para restaurar el crecimiento global y fortalecer el empleo.

Como explicó Francois Hollande, presidente de Francia, el primer objetivo es crecimiento, esa fue la primera de nuestras prioridades; también lo fue dar un mensaje para restablecer la confianza. El crecimiento puede venir de aquellos países que tienen un excedente en su balanza comercial, así como establecer medidas de índole fiscal con una mejora de la competitividad y del desarrollo del comercio.

Hollande detalló a la prensa que los gobernantes del G-20 y dirigentes de los organismos financieros internacionales discutieron en las plenarias –realizadas sin acceso a la prensa– sobre la aplicación de un impuesto a las transacciones financieras, iniciativa de la que ya había hablado la víspera José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea.

Hemos insitido en una tasa a las transacciones financieras, aunque no aparece en el texto de la declaración final.

El oro de Moscú

La presidencia rotatoria del G-20 tocará, a partir de diciembre próximo, a Rusia. El presidente de ese país, Vladimir Putin, puso sobre la mesa la preocupación de su país en torno al hecho de que gran parte de la reserva mundial de divisas está denominada en dólares estadunidenses, en un momento en que Estados Unidos enfrenta problemas de aumento en la deuda pública y creciente déficit fiscal.

El endeudamiento público de Estados Unidos alcanza 104 por ciento del valor de la economía de ese país, mientras el desequilibrio de sus finanzas públicas se expresa en un déficit equivalente a 9 por ciento de su producto interno bruto, monto que, para efectos comparativos, es similar al tamaño de la economía mexicana.

Para el líder ruso, el G-20 debe poner más atención en la arquitectura de las relaciones financieras internacionales y en la economía mundial, dos de los temas centrales que impulsaron este grupo a partir de la crisis de 2008.

Debemos entender qué va a pasar con la eurozona, tenemos que ver un cómo estará el FMI en el futuro. La mitad de los bonos estatales de Europa están en dólares estadunidenses y queremos ver qué va a pasar con el dólar estadunidense después de noviembre (ese mes será la elección presidencial) y cómo va a enfrentar Estados Unidos los problemas que tiene. Estamos hablando de una deuda de 15 billones (millones de millones) de dólares. Debemos preguntarnos qué va a pasar con la mayoría de las reservas de divisas, que están en dólares.

Rusia tendrá, a lo largo de 2013, la presidencia del G-20. Y los temas que citó Putin serán la prioridad rusa en esos 12 meses.