A punto del llanto, Elba Esther Gordillo advirtió: ¡Jamás, ante ningún gobierno, ni ante ningún grupo tendremos que ir a pedir permiso para tomar el camino que queremos!, pues si los maestros se empoderan, nada ni nadie podrá contra nosotros. Y el que venga nos encontrará de pie.

La noche del viernes pasado, en Puerto Nuevo, Baja California, Gordillo –a gritos y en medio de las ovaciones de incondicionales– dio un mensaje a los maestros en el que pidió que no los arredre nada ni nadie porque ¡desde 1992 somos libres! y nos ha costado mucho conquistar la libertad.

Esto ocurrió en la clausura del quinto Congreso nacional de educación y del tercer Encuentro de padres de familia. En una carpa dispuesta a orillas del mar en el Hotel Grand Baja Resort, dijo que los políticos tienen que entender que no es denigrándose, no es escupiéndonos, no es queriendo dominar al otro o a la otra como se logran los objetivos.

Así, advirtió que el SNTE estará vigilante de que no nos vuelvan a engañar ningún color, ningún sabor, ni ninguno más. Esto, aunque hace un año ella misma reveló que había pactado con Felipe Calderón cuando era candidato, con quien ahora ha roto, según dicen en los círculos gubernamentales.

Respondió de nuevo a la campaña en su contra lanzada por Josefina Vázquez Mota, a quien nunca menciona por su nombre: (a la) Mujer que pregona ser solidaria con mujeres hay que ponerle el alto porque las mujeres tenemos que aprender a ser solidarias entre nosotras.

También convocó a los candidatos presidenciales a no pensar corto, pues es necesario que los preparatorianos puedan tener un empleo y sistemas de educación superior abiertos donde se puedan especializar con título de ingenieros técnicos en hacer tornillos.

A la luz de la Luna, con el mar como horizonte, se dispusieron 85 mesas, con vistosos arreglos para 850 delegados e invitados especiales. La maestra no se quedó a cenar con sus compañeros, a quienes habló del programa Bécalos de Televisa, contra el que arremetió, luego de que un grupo de empresarios que laboran en la televisora han criticado al SNTE.

Para algunos, estorba la escuela pública porque lo único que quieren es cambiar la administración; a mí a veces me da la idea, a riesgo de que ya sé qué puede venir, de que Bécalos entre más financiamiento recibe de la SEP y de los banqueros y de la gente de buena fe, les da suficiente dinero, por lo que cuestionó si se debe seguir esa ruta.

¿No sería mejor que el Estado, en la rectoría del tercero constitucional, convocara a todos esos grupos a que apoyen la educación pública?, preguntó.

Se pronunció por una reforma de las normales a las que ha calificado de monstruos y, aunque hizo arengas en su favor, insistió en que éstas deben cambiar su concepto. También se lanzó contra la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación al señalar que cuidar la educación pública “no es tomar la calle ni pintarrajear edificios”; tampoco solapar sinvergüenzas que se ausenten de las aulas.

A manera de colofón, exaltada, y con la voz entrecortada, dijo a los maestros que ella tuvo que renunciar a su vestido que tanto me gustaba, y usar pantalones para hacer valer mi condición de mujer y trabajar y me lamento haberme quitado el vestido, pero me encanta seguir siendo mujer.