Pekín, 15 de junio. El gobierno de China suspendió a tres funcionarios de planificación familiar que forzaron a una mujer a abortar en el séptimo mes de gestación y se disculpó por el caso, luego de que fotografías de la madre y el feto circularon en Internet.

Autoridades locales en la ciudad de Ankang –en la provincia central de Shaanxi– informaron que ofrecieron disculpas a Feng Jianmei, de 23 años, y su esposo, y prometieron castigar a los responsables, para lo cual iniciaron una investigación.

El pasado 2 de junio, según sus familiares, Feng tenía siete meses de embarazo cuando fue detenida y conducida a un hospital donde fue obligada a someterse a un aborto.

Tres funcionarios, incluido el titular del departamento de Planeación Familiar, han sido suspendidos en tanto se investiga el incidente. Se emprenderán acciones legales estrictas y disciplinarias contra las partes, dijo el gobierno de Ankang en una declaración.

El vicealcalde de esa ciudad, Du Shouping, acudió al hospital este viernes para expresar a Feng y su esposo las sinceras condolencias del gobierno.

Esperamos poder ganarnos su perdón, añadió la declaración difundida en el sitio web de la administración local.

Según los reportes que dieron cuenta del caso, Feng y su esposo Deng Liyuan fueron obligados a someterse al aborto porque la familia no tuvo dinero suficiente para pagar una multa de 40 mil yuanes (unos seis mil 300 dólares) por tener un segundo hijo.

Sus parientes refirieron que oficiales locales rodearon la casa donde vive Feng para evitar que alguien saliera del inmueble, y aunque la mujer intentó escapar fue detenida y conducida al hospital.

Mientras era trasladada, los oficiales forzaron a mi esposa a firmar un documento con su huella digital; la paralizaron con violencia y le inyectaron una sustancia para causar el aborto, relató Deng en su página de la red social Sina Weibo.

La agencia estatal de noticias Xinhua reportó que miembros de la comisión provincial de Planeación Familiar afirmaron que lo que las autoridades hicieron representa una violación seria a la política nacional y a las leyes sobre población y planificación familiar.

Sin embargo, los funcionarios suspendidos aseguraron que Feng dio su consentimiento para que se realizara el aborto, argumentando que ya tenía una hija de cinco años y que violaría la política de un solo hijo.