uego de procurar serenarme ante los sucesos que estamos viviendo, me permito hacer este llamado a dos destinatarios diferentes. El primero es el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, no obstante la calma y la mesura que muestra en público, para pedirle, con todo respeto, que medite lo que está sucediendo en torno suyo, de manera particular la serie de actos ilícitos que se están cometiendo en su nombre, agraviando a millones de mexicanos, al entregarles objetos y dinero, a cambio de comprometer sus votos, utilizando para ello recursos públicos que debieran ser aplicados para resolver los agobiantes problemas que la sociedad viene enfrentando en materia de infraestructura, de desabasto médico, de necesidades escolares y de recursos para impulsar el desarrollo, lo cual supone un delito. Esto, señor candidato, está ocurriendo hoy en todos los estados gobernados por su partido, y para nada da una imagen del partido renovado del que hablan usted y su publicidad que está por todas partes. Usted ha manifestado su conocimiento de las protestas cotidianas generalizadas, que parecieran estar centradas en usted como persona, lo cual no es del todo cierto por ahora, porque en realidad la protesta es más bien contra lo que su partido representa: corrupción, solapamiento de la impunidad, represión como respuesta a las demandas populares, falta de empleo y de oportunidades para los jóvenes, pero sobre todo contra la imposición que se ha venido dando a lo largo de muchos años, violentando la voluntad popular con engaños, mentiras y acciones por parte de gobernantes y políticos al servicio de intereses contrarios a los de nuestra nación.
Usted todavía tiene la posibilidad de rectificar su campaña, desmantelando el intento de fraude, en los estados gobernados por su partido, en los que se está obligando a los trabajadores públicos a realizar actividades contrarias a las leyes, con tal de manipular los resultados electorales. Antes de seguir adelante, piense usted si quiere convertirse en otro más de los gobernantes impuestos contra la voluntad del pueblo y de llegar a los niveles de desprestigio y de cinismo a los que ellos han llegado, con todo el descrédito y desprecio que hoy se centra en ellos.
El otro llamado es de una naturaleza diferente y lo dirijo a los partidarios de López Obrador y a la sociedad en general, para actuar con la mayor objetividad, serenidad e inteligencia, no dejándose llevar por el entusiasmo y el optimismo de que la victoria está a la vuelta de la esquina; pero tampoco por el desaliento, el amedrentamiento y la desinformación, que estamos viendo y más los veremos en los próximos días, hasta llegar a niveles superlativos el día de las elecciones.
Un primer punto a considerar es el evidente pacto entre PRI y PAN, decidido por los grupos de interés responsables de la crisis que vivimos, para instrumentar una estrategia orientada a disminuir la intención de votos a favor de López Obrador, haciendo creer que Vázquez Mota es una posible opción independiente, cuando ella no es más que un peón destinado a distraer a posibles votantes de AMLO con el espejismo de que un voto por el PAN significa un voto menos por el PRI; esta estrategia ha quedado al descubierto con las recientes declaraciones de Fox, producto de su desesperación, ante el riesgo de perder el seguro de impunidad del que goza por ahora. El camino natural para frenar esta ofensiva es el del convencimiento a los panistas de buena fe, de que su candidata no es hoy otra cosa que un títere controlado desde Los Pinos, cuyo triste papel es sólo de distracción para dejarle el camino libre al mexiquense.
El segundo punto es el referente a la necesidad de detener el gigantesco operativo que el PRI está instrumentando, centrado en la compra masiva e ilegal de votos, al precio que sea, con tal de contrarrestar lo que se observa como un fenómeno masivo y creciente de simpatías por AMLO. Considero que la forma más efectiva será la identificación oportuna de las instalaciones que el PRI pretende utilizar como casas amigas
, para impedir su operación durante la jornada electoral, consistente en reunir y llevar a posibles votantes comprometidos para que luego de recibir un desayuno sean transportados a sus casillas electorales, entregándoles boletas duplicadas y previamente marcadas por Peña Nieto, utilizando boletas duplicadas como las que han sido detectadas en Oaxaca, pero existentes también en otros estados.
En el pasado y concretamente en 1988 y 2006, los dos momentos más delicados de las crisis electorales mexicanas, los gobernantes y sus candidatos se inclinaron por la comisión de fraudes ampliamente conocidos y comentados, como única forma posible de retener el poder; en esta ocasión, el sistema político cuenta con nuevos instrumentos y se prepara para usarlos.
Uno fundamental estará en las encuestas de salida y conteos rápidos que con seguridad estarán difundiendo sus resultados las dos cadenas de televisión, con el claro propósito de crear una corriente de opinión favorable a un triunfo fabricado en favor del candidato que se pretenda imponer, lo cual sólo podría ser desmentido y compensado con resultados emitidos por una organización confiable y de extracción preferiblemente académica o simplemente ciudadana, que cuente con un medio de difusión de alcance nacional, me atrevo a pensar que Carmen Aristegui podría ser una excelente opción, seguramente la mejor. En los últimos días he sabido de la existencia de una organización ciudadana, ligada a la UNAM, o al movimiento social #YoSoy132. Considero que se trata de un proyecto fundamental para evitar la posible consumación de un fraude; sé que el tiempo es corto para pensar en algo así, en la conformación de una red telefónica que pueda involucrar a 300 voluntarios que, dotados de un celular, pudiesen reportar a un pequeño centro de cómputo los resultados de una muestra representativa
de alrededor de 4 mil casillas.
Las encuestas de salida y los conteos rápidos son los mejores instrumentos con los que me ha tocado ver cómo se han desmantelado acciones fraudulentas imponiendo la verdad, con tal de que ésta sea conocida a tiempo para evitar la confusión y dar certidumbre a un proceso, sobre todo cuando éste es altamente competido. No tengo duda tampoco del papel que podrían tener las redes sociales intercomunicadas por Internet y celulares.
Otro aspecto que será importante realizar en estos últimos días previos a la elección es asegurar la organización que cuidará las casillas y vigilará los movimientos de los paquetes electorales, especialmente en las zonas rurales; estos puntos constituyeron fallas y deficiencias en las organizaciones sociales que facilitaron el fraude gigantesco cometido contra el país en 1988, y de alguna manera similar en 2006; hoy los avances tecnológicos, la presencia y la organización de la sociedad, pueden impedir que esas acciones se repitan, aun en el caso de que los enemigos reales del pueblo mexicano quieran reproducir aquellos hechos.