Un grupo de académicos de El Colegio de México (Colmex) y las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM) y Autónoma Metropolitana (UAM) financió una encuesta electoral cuyos datos revelan, según su interpretación, que hay un empate técnico entre los candidatos presidenciales Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador.

De acuerdo con las cifras dadas a conocer ayer, el priísta tiene un margen de preferencia de entre 30.9 y 35.9 por ciento y el abanderado del Movimiento Progresista de entre 22.8 y 31.8 por ciento.

Los resultados de la encuesta, elaborada con la colaboración de la empresa Berumen y Asociados, indican que la panista Josefina Vázquez Mota queda abajo con un puntaje de entre 15.3 y 20.7 por ciento. A partir de ello el investigador John Ackerman declaró que esta contienda es entre dos candidatos: Peña Nieto y López Obrador.

De acuerdo con versiones difundidas después en medios de comunicación y en las redes sociales, Berumen y Asociados aclaró que Peña Nieto está arriba de López Obrador por 6.1 por ciento. Sin embargo, Edmundo Berumen, director de la encuestadora, rechazó haber emitido esa postura y comentó que si intentara interpretar los datos estaría sujeto a ir a la cárcel, porque su contrato especifica sus prerrogativas.

No fui contratado para hacer la lectura de los datos, es parte del trabajo de las mentes brillantes del Colmex, la UNAM, la UAM y de otras universidades que participaron y no soy quién para emitir juicios, insistió.

Al respecto, Ackerman, integrante del Observatorio Universitario Electoral, explicó a este diario: Si queremos leer la encuesta de manera tradicional, como lo hacen las encuestadoras, el resultado sería de 6 puntos de diferencia, pero justamente creemos que por ahí va todo el mundo. Lo valioso es que desde la academia vemos que sí hay un cruce, un empate técnico, mucha cercanía entre los dos.

Así hizo referencia a una gráfica presentada por los académicos en la conferencia de prensa en el Club de Periodistas. Se titula Empate técnico AMLO-EPN y en ella aparece encerrado en un círculo el rango entre los dos candidatos, que abarca 30.9 por ciento inicial de Peña Nieto, 31.8 por ciento de López Obrador y otro 34.4 por ciento del priísta.

También concluye que 27 por ciento nunca votaría por Vázquez Mota, 25 por ciento por Peña, 21.1 por ciento por López Obrador y 13.4 por ciento por Gabriel Quadri.

El sondeo tuvo un costo de un millón 100 mil pesos, informaron los organizadores. Un documento con membrete de Berumen Información Estratégica Solución indica que se aplicó entre el 30 de mayo y el 6 de junio en 600 distritos electorales a 3 mil 480 personas. La tasa de rechazo a responder fue de 40 por ciento y los indecisos representan cerca de 20 por ciento.

Berumen aclaró que su tarea fue diseñar y seleccionar la muestra, hacer el trabajo de campo, validar los cuestionarios (elaborados por los académicos), integrar la base de datos y asegurar que ésta fuera consistente y limpia para que este grupo pudiera hacer sus estimaciones.

Al preguntarle si recibió alguna presión de Los Pinos, confirmó que sí acudió a la Presidencia de la República el lunes pasado para el anuncio de la creación de un nuevo centro de evaluación, pero yo creo que ni sabían que había hecho este trabajo.

Durante la presentación, a la que acudieron académicos de la UAM, como Etelberto Ortiz y Agustín Porras, señalaron que hicieron esta primera encuesta electoral independiente universitaria para contrarrestar la manipulación y generar información alternativa, verdadera y científicamente sustentada.

Ackerman explicó que por lo general las encuestadoras presentan los resultados como si fueran carreras de caballos y por eso los académicos quisieron romper con esa lógica y prefirieron mostrar rangos de confianza a partir de datos que existen en la encuesta, con la probabilidad de 95 por ciento de darse esta intención de voto.

En la conferencia convocada también por el Frente Ciudadano en Defensa del Sufragio Efectivo y Libre, varios invitados aplaudieron al conocer los resultados y mostraron cierta inconformidad porque los periodistas pedían más precisión en las cifras.