Sofía, 12 de junio. Un arqueólogo halló este martes una nueva osamenta de centenares de años de antigüedad que fue sometida a un ritual para impedir que se convirtiera en vampiro, indicó Nikolay Ovcharov.

El esqueleto estaba atado al suelo con cuatro cepos de hierro, tres en las piernas y otro en el lado izquierdo del tórax. Como medida de precaución la tumba también fue recubierta de carbón quemado, explicó el experto.

El esqueleto, correspondiente a un hombre de unos 30 años, todavía no ha sido fechado pero tiene varios siglos, según Ovcharov, quien lo descubrió cuando exploraba la necrópolis de un pequeño monasterio de la ciudad de Veliko Tarnovo, en el centro del país.

Este hombre no es un vampiro pero fue sometido a un ritual pagano guiado por la superstición para impedir que se convirtiera en vampiro tras su muerte, explicó.

Hace algunos años el arqueólogo ya descubrió en este mismo lugar otro esqueleto con las manos atadas y sometido a un rito similar. Recientemente se encontraron otros dos esqueletos del mismo tipo en Sozopol, cerca del mar Negro (como informó La Jornada, 6/06/12).