Moscú, 9 de junio. Rusia se plantó de nuevo este sábado frente a los planes de las potencias occidentales contra Siria, al rechazar un eventual uso de la fuerza en ese país y al reiterar su convocatoria a una conferencia internacional que incluya la presencia de una delegación iraní y proporcione un nuevo impulso a la iniciativa de paz del enviado especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Liga Árabe, Kofi Annan.

Queremos que este plan sea efectivo. A fin de que lo sea, todas las partes con una influencia en los elementos del conflicto en Siria deberían estar representados (en una conferencia internacional). Irán es uno de los países que tienen influencia sobre el gobierno sirio. Decir que Damasco no puede tener un lugar (en las negociaciones) porque es parte del problema es, cuando menos, algo que merece más reflexión, dijo el ministro de Exteriores, Serguei Lavrov.

Además de Irán, el gobierno ruso propone que en la conferencia internacional sobre Irán participen China, Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos, la Liga Árabe y países vecinos de Siria.

La declaración de Lavrov fue una alusión directa a las afirmaciones de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien el miércoles sostuvo que es difícil imaginar que se invite a a un país que está dirigiendo el ataque del régimen de Assad contra su gente.

Clinton habló el miércoles en el contexto de un encuentro celebrado en Estambul con representantes de Francia y Gran Bretaña, con quienes comparte la idea de que el presidente Bashar Assad debe abandonar el poder inmediatamente, para dar paso a un nuevo proceso político local.

El plan de paz de Annan ha sido cuestionado por las continuas violaciones al alto el fuego decretado desde el 12 de abril pasado. Varias localidades del país han registrado la muerte de población civil, que según las organizaciones opositoras fueron obra de cuerpos oficiales de seguridad, pero de acuerdo con portavoces del gobierno fueron causadas por terroristas.

Rusia, que ha vetado dos proyectos de resolución contra Damasco en el Consejo de Seguridad de la ONU, comparte con el gobierno de Assad la percepción de que agentes externos han sido infiltrados en Siria. Lavrov reitero hoy que su gobierno esta seriamente preocupado por la actividad creciente de terroristas internacionales y elementos extremistas, en especial musulmanes radicales.

Una eventual intervención armada en Siria puede crear una zona de inestabilidad desde el mar Meditarráneo hasta el golfo Pérsico y también puede producir una confrontación entre (islamitas) sunitas y chiítas en toda la región, dijo el canciller ruso, no obstante que hasta ahora los enfrentamientos y las matanzas ocurridas no han sido asociadas a conflictos por motivos religiosos.

Lavrov habló durante una conferencia de prensa celebrada en Moscú en la que deslindó a su gobierno del suministro de armas ligeras a Siria y aclaró que el ejército de Damasco sólo posee equipos rusos antimisiles para la defensa de ataques del exterior.

También cuestionó el papel de los medios de información occidentales que publican despachos y noticias en medios electrónicos con base en datos suministrados por organizaciones opositoras radicadas en el exilio e ignoran y bloquean las señales de canales estatales y privados de Siria, lo cual, apuntó, no contribuye a la libertad de expresión.

La uniformidad de las informaciones de la oposición sobre el conflicto sirio contrasta con la división del Consejo Nacional Sirio (CNS), que a finales de 2011 se constituyó para tratar de unificar la voz de los disidentes y no había podido forjar un liderazgo.

El organismo, que tiene el apoyo de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, tenía previsto reunirse la semana próxima en Turquía –cuyo gobierno está enfrentado a Assad– para elegir al sustituto de Burhan Ghaliun, quien llegó a la cima tras fuertes críticas.

Pero en la mañana de este domingo en Estambul, el CNS informó que Abdel Basset Sida, de 56 años, responsable del área de derechos humanos del organismo y residente en Suecia desde la década de 1990, fue elegido nuevo jefe de la agrupación opositora.