Cayos de Villaclara, Cuba., 7 de junio. Por trigésima segunda ocasión ésta, la mayor de las islas de las Antillas, mostró su mejor cara: la hospitalidad. Pero sobre todo su autenticidad, que en un plano como el turístico, no da pie a equívocos. Es, como lo tiene bien conceptualizado Regla Dayami Armentero, directora general del hotel Los Caneyes y que comparte con el visitante: Queremos ser posibilidad y realidad, nunca proyecto de imagen.

El turismo para Cuba es la más importante fuente de ingresos y por eso lo cuida, lo procura, lo crece.

En la inauguración de la Feria Internacional de Turismo 2012, que en esta ocasión presentó su nuevo producto en la región conocida como Los Cayos, el ministro del ramo, Manuel Marreto Cruz, lo confirmó al reportar un crecimiento de 7.3 por ciento en 2011, y de 5.3 por ciento en llegadas.

El país, que recibe más de 2.7 millones de visitantes al año, mantiene una importante expansión, pero aún está por debajo de su potencial, según el director regional para las Américas de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Carlos Vogeler.

Pero más allá de la frialdad de las cifras, el visitante se encuentra con una Cuba dinámica, enjundiosa, como se dice en México; con cambios que dan cuenta de su autenticidad.

Es el caso de ese experimento de libertad que se llama Centro Cultural El Menjunje, en la ciudad de Santa Clara, donde se desarrolla un ensayo de la sociedad de cómo creemos que debe ser: plural, tolerante y democrática, comenta su fundador el actor, dramaturgo y director teatral, Ramón Silverio Gómez.

Otrora hotel, Silverio un día decidió abrir este espacio, abrirlo en todos sentidos, pues va desde el grafitti, presentaciones teatrales, conciertos de música de todo género, actividades infantiles y hasta un concurso de travestis que se realiza en mayo.

Ahora Silverio lo define como el lugar más plural, donde todo mundo se acepta y donde todo mundo convive.

Pero no es la única nueva sorpresa que encuentra el visitante. Cuba dejó de ser La Habana, Varadero o Santiago de Cuba. En ruta a Los Cayos el visitante puede realizar varias paradas para visitar, por ejemplo, la Plaza de la Revolución Ernesto Che Guevara; relajarse y tomar alimentos u hospedarse en el hotel Plaza Caneyes; visitar el parque Leoncio Vidal; disfrutar de un rato relajado en el Museo de Artes Decorativas o en el Palacio de la Danza.

También puede echar a volar la imaginación en el museo de sitio donde se aprecia el tren blindado que fue enviado a la zona por el gobierno de Fulgencio Batista para aplastar la rebelión. En ese lugar fue donde El Che, al frente de un puñado de 28 revolucionarios, descarriló el convoy, combatió y derrotó a la fuerza gubernamental de 480 militares.

Si se continúa el recorrido para llegar a Cayo Santa María, el visitante se encuentra con uno de los sitios más paradisiacos, que en 1995 quedó unido a tierra firme con la construcción del pedraplen, una vía que por más de 50 kilómetros cruza el mar para permitir el acceso al complejo turístico de los cayos Las Brujas, Ensenachos y Santa María.

Si la idea es llegar rápido y cómodamente, el Grupo de Turismo Gaviota cuenta con vuelos diarios de la aerolínea Transgaviota desde La Habana hasta el aeropuerto de cayo Las Brujas.

En este desarrollo existen nueve hoteles con una capacidad conjunta de 5 mil 682 habitaciones, de las cuales 5 mil 341, 94 por ciento, son de cinco estrellas. Allí se encuentran en construcción el hotel Royalton Cayo Santa María, con 122 habitaciones y próximo a inaugurarse, así como otro con 864 cuartos, proyectado. En los Cayos de Villaclara se conjuga un concepto turístico con modernos establecimientos para el hospedaje y servicios como instalaciones para la práctica del buceo, la pesca y paseos en catamarán.