Beirut, 29 de mayo. Al aumentar este martes la presión sobre Siria, 11 países encabezados por Estados Unidos y Gran Bretaña expulsaron a los representantes diplomáticos sirios, en protesta por la matanza en la provincia de Hula, al tiempo que el emisario internacional para la nación árabe, Kofi Annan, presionó al presidente Bashar Assad para que actúe con energía ahora y no mañana, y ponga fin a la violencia.

En un esfuerzo prácticamente coordinado para agravar el aislamiento de Siria, los gobiernos de Alemania, Italia, Holanda, Australia, Francia, España, Suiza, Bulgaria, Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña prometieron más medidas de presión.

Algunos gobiernos ya habían expulsado a los embajadores o reducido la actividad diplomática, por lo tanto, como en el caso de Estados Unidos, ordenaron la salida de los encargados, y de otros funcionarios.

Si bien no hay expulsiones concertadas a nivel de la Unión Europea hasta ahora, la cuestión figura en la orden del día de una reunión de los embajadores de los 27 países miembros prevista para las próximas horas, indicó un diplomático europeo en Bruselas.

Ante la matanza en Hula que el fin des semana dejó 108 muertos, incluidos 49 niños, el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, opinó que Siria no dispone de ningún futuro con Assad, y subrayó que tiene que dejar lugar para un cambio pacífico.

El ministro del Exterior de Francia, Laurent Fabius, en entrevista al diario Le Monde, señaló que Assad asesina a su gente y cuanto antes debe entregar el poder, mientras su par australiano, Bob Carr, dijo que los responsables de la matanza deben responder por sus actos.

En declaraciones a la televisión francesa, el presidente Francois Hollande fue más allá y no descartó una intervención armada en Siria respetando el derecho internacional, es decir, después de una deliberación en el Consejo de Seguridad” de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Aunque Estados Unidos considera al gobierno sirio responsable de la matanza en Hula, la Casa Blanca no cree que una intervención militar en Siria sea una decisión correcta en este momento debido a que generaría más caos. Sin embargo, el vocero Jay Carney indicó que Washington no ha descartado ninguna opción, incluida una acción militar, respecto de la crisis siria.

Los países occidentales que han exigido la renuncia de Assad esperan que las matanzas en Hula inclinen la opinión mundial, sobre todo la de Rusia, principal aliado de Siria, para decidir una acción más efectiva contra Damasco.

Pero Moscú afirmó que no seguirá el ejemplo de Occidente y no gastará esfuerzos en presionar a Assad. Esperamos que otros apliquen presión similar sobre los opositores, dijo Vladimir Jizhov, embajador ruso ante la UE.

Rusia ha dicho que el conflicto en Siria podría perjudicar a toda la región, y ya afecta la situación política en Líbano, declaró a su vez el ministro del Exterior, Sergei Lavrov.

Al respecto, una fuente de seguridad informó que un libanés murió y cinco resultaron heridos cuando el ejército sirio disparó hacia una zona fronteriza en el este de Líbano.

El ataque transfronterizo desde la localidad de Arsal causó pánico. Miles de sirios se han refugiado en Líbano al huir de la violencia en su país.

Lavrov insistió que todos (la comunidad internacional) necesitamos ejercer la máxima responsabilidad y no echar leña al fuego, sino tratar de extinguirlo y llevar a las partes a la mesa de negociaciones, señaló.

Annan, en tanto, pidió al mandatario sirio adoptar medidas audaces a fin de crear las condiciones necesarias para poner en marcha su plan de paz. Necesito que el presidente actúe ahora y que las otras partes hagan lo que les corresponde, indicó el enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe a Siria.

Eso significa que el gobierno y todas las milicias a las que apoya cesen todas las operaciones militares, dijo Annan, quien también se reunió con representantes de la oposición a quienes igual pidió acabar con la violencia.

Assad repitió a Annan el argumento de que el éxito de su plan de paz depende del final del terrorismo, que es lo que incrementa los asesinatos y los secuestros en todo el país, así como de que se detenga el contrabando de armas”, reportó la televisión oficial siria.

Precisamente, el número estimado de desplazados se duplicó a 500 mil desde el cese del fuego pactado el 12 de abril, y el movimiento de refugiados en el exterior se reactivó, dijeron funcionarios de la ONU, que además afirmaron que existen fuertes sospechas sobre la participación de las shabiha, milicias favorables al régimen, en la matanza.

Varios de los muertos de Hula fueron víctimas de esquirlas de obuses, lo que implica la responsabilidad del gobierno sirio, el único que recurre a armas pesadas, dijo Hervé Ladsous, secretario general adjunto de Naciones Unidas encargado de las operaciones de paz.

Otros murieron apuñalados, lo que involucra probablemente a las shabiha. No veo razones para creer que un tercer elemento está implicado en la matanza, agregó.

En Ginebra, Rupert Colville, vocero del alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, dijo que la mayoría de las víctimas fueron ejecutadas de forma sumaria.

Parece que familias enteras fueron asesinadas en sus casas, añadió Colville, e indicó que menos de 20 de los 108 asesinatos pueden deberse a disparos de artillería y tanques.

Este día estallaron combates entre el ejército y los rebeldes en Siria que dejaron 98 muertos, indicó desde Londres el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Entre las bajas se cuentan 61 civiles, nueve insurgentes y 28 soldados.

Los mayores combates ocurrieron en la región de Kussair, provincia de Homs.

Mientras, opositores miembros de la minoría alauita en Siria hicieron público un llamado a los miembros de esta confesión para oponerse al presidente Assad por la matanza en Hula.

Assad pertenece a la minoría alauita de la que forman parte también muchos dirigentes y altos mandos del ejército. La mayor parte del pueblo sirio y los opositores son sunitas.

A su vez, el Consejo Nacional Sirio, principal coalición de oposición, se congratuló por las expulsiones de diplomáticos en varios países occidentales y pidió una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que autorice el uso de la fuerza contra el gobierno.