El domingo pasado, en la Escuela DIM, se realizó el séptimo y último de los conciertos organizados para recabar recursos económicos que serán utilizados para pagar la operación y un marcapasos que se le colocará a José Luis Domínguez, guitarrista de Arpía y Nine Rain.

A las siete de la noche se abrieron las puertas de la DIM, que se ubica cerca de Taxqueña y División del Norte. Fue como cuando comienza una fiesta: poco a poco se hicieron bolitas de amigos o conocidos. Nada como una cerveza bien muerta para romper el hielo, mientras en el fondo los de Nine Rain afinaban sus instrumentos. Meche, la secretaria, cobraba las entradas e invitaba a tomar lugar para escuchar a los experimentales y folclóricos.

Para Alejandro Herrera Fernández, quien toca diversos instrumentos de cuerdas, sobre todo mexicanos, en Nine Rain, se trata de apoyar, primero, al amigo. “Este año ha sido muy trágico respecto de este tema y varios se nos han adelantado. Otros han tenido problemas de salud. Hay acciones al respecto y la diputada María Rojo ha pugnado por crear una especie de seguro social para los artistas escénicos.

“Eso habla de que los artistas en general estamos desprotegidos. Ante eso, ¿a qué se recurre? Pues a la solidaridad de los compañeros, de la banda, de los amigos. Esta serie de conciertos se llamó ¡Vive Domínguez! Le entraron varios, como nosotros, que no podíamos faltar.”

Agregó que a Domínguez lo conoce desde hace más de una década. Cuando salió de Nine Rain José Manuel Aguilera, quien propuso a José Luis de su sustituto. Vinimos a esta escuela a buscarlo y desde entonces la DIM tiene abiertas sus puertas para nosotros. Aquí ensayamos y hasta grabamos.

Minutos antes, en el escenario, José Luis tocaba su lira, pero parecía ocultarse, como para que nadie lo viera. Que brillen otros. El sonido se acoplaba con el de sus compañeros. Algunas fallas de sonido no opacaron el propósito: que brille la vida, que brille la amistad.

José Luis Domínguez, director de la escuela DIM, donde se efectuó el acto

Estilo e ideas

“José Luis es el compositor del grupo; en ocasiones hace algunas partes y se le pide que aporte su estilo e idea. Hay tanta tecnología que puede hablarse de las guitarras, aunque se trate de un solo ejecutante. Hoy martes, Nine Rain viajará a Francfort, Alemania, para una serie de presentaciones. Vamos con un contingente a un festival que se celebra en Bern, donde las autoridades llevan años tratando de crear un eje, una capital, cultural, para competir con Moscú. México es el país invitado este año, y en 2013 Rusia viene a México. Hasta allá iremos todos, con José Luis, por supuesto. Cerraremos con una actuación en la que tocaremos la música que hicimos para ¡Qué viva México!, la película de Serguei Einsenstein. Todo en vivo.”

Esa noche, en la DIM, Nine Rain tocó algo de sus cuatro discos. Se escucharon Míster Mécatl, El hombre invisible, Tezcatlipoca, Raza e Isla, entre otras.

Por los problemas de salud de Domínguez, Nine Rain no se presentaba desde hacía año y tres meses. Fue como un rencuentro.

Por su parte, Demián Gálvez, guitarrista de Los Dorados, abundó sobre el tema del día: Sale muy caro enfermarse cuando no se tiene seguro médico. En este caso, conciertos como el de hoy hacen que el gremio se cohesione, ahora por José Luis, que es gran amigo de la banda. Esto es para corresponder y unir fuerzas.

Rodrigo Barbosa, baterista de Los Dorados, dijo: A veces la gente no asiste a los conciertos porque no se entera o porque, como ahora, quizá hubo poco tiempo para prepararlo. Siento que la gente quiere a José Luis y que la DIM, de la cual es el director, ha generado maestros, ejecutantes, amigos. Eso cuenta.

Los dos expusieron que tratan de mantenerse sanos, pero que carecen de seguridad social.

En el banquete musical, la presencia de Iraida Noriega, con sus tonos jazzísticos placenteros, dio más luz al encuentro.