Se abrió al público la primera exposición del artista vasco en México
Crea obras muy sólidas y defiende mucho la intuición, manifestó su colega Julio Chávez
Martes 29 de mayo de 2012, p. 8
Pocos conocidos él y su obra en México, país que visita por primera vez, el pintor vasco Fernando Biderbost acaba de inaugurar una muestra que lleva su nombre, y con ello ha comenzado un vínculo enriquecedor en ambos sentidos.
La exposición, inaugurada por el creador, el promotor cultural Gorka Larrañaga y Gabriela Guzmán, en representación de la delegación del gobierno Vasco en México, se titula Fernando Biderbost: pintura y estará abierta al público hasta el 14 de junio en la Casa Galería (Abasolo 37, Santa Úrsula Coapa, a unas cuadras del estadio Azteca, teléfono 5610-9717).
Interrogado sobre el vínculo entre su vida cotidiana en Bilbao y el momento en que se mete al taller a pintar sus cuadros, Biderbost comenta que es una esquizofrenia, pues trabajo 10 horas diarias mínimo, y ya que salgo digo: estoy en otro sitio
.
–¿Es como si los cuadros fueran otra realidad?
–Sí. Mis cuadros no están vinculados con la realidad. Claro, indirectamente lo están, pero eso es inconsciente. Se podría decir que con la vida no me basta, por eso pinto. Hay una frase, no sé si es de Machado, que dice ‘nada de lo humano me es ajeno’. Yo, cuando estoy pintando, todo lo humano me es ajeno.
Cuando me preguntan qué te produce eso, digo que aislamiento. La pintura tiene que ser por ella misma, tiene que ser autónoma. Busco que en vez de expresarme yo a través de la pintura, sea la pintura la que se exprese a través mío. Esa es la sensación que tengo.
–¿Cómo alejarse de esta realidad real y cómo construir esa otra
realidad?
–Eso es instintivo. Es un instinto de trascender lo concebido. No estoy buscando ni siquiera lo intuido, busco lo desconocido, voy a lo desconocido. Dejo a la pintura que hable por mí, porque no puedo controlar lo desconocido. La pintura es como un álter ego, es ella la que produce esa visión de lo que no conozco.
Interesado desde siempre en el quehacer artístico de México, Biderbost se muestra emocionado de recorrer lugares y museos de este país, en el que observa, impresionado, una fusión entre el arte y la vida
.
Él mira aquí una potencia en la fusión de la vida, el arte popular, las culturas antiguas y el arte contemporáneo. Todo esto de México siempre me había rondado en la cabeza, pero ya aquí veo que supera lo imaginado. Son muchas cosas al mismo tiempo. No sabía que este país me iba a influir y enseñar tanto
.
Julio Chávez, pintor, académico y ex director de la Academia de San Carlos, comentó que no conocía la obra de Biderbost y que le sorprendió porque se inserta en un nuevo resurgimiento de la pintura
, el cual se ha dado, por ejemplo, en Alemania o con la transvanguardia italiana.
Ahora se trata, agregó Chávez, quien escribió el texto de presentación de la exposición del artista vasco, de rescatar lo que es la pintura-pintura
, más allá de la actual etapa conceptualizante
del arte. Y es ahí donde se ubica Biderbost.
“Es un gran pintor, con obras muy sólidas. Él defiende mucho la intuición en el trabajo y se confía a la imagen. Sus imágenes no son para pensarse, para entablar una interpretación, no, nada de eso. Son para vivirlas y, como él dice, para ‘pensar en pintura’, a nivel de un pensamiento pictórico, más que lingüístico.”
Chávez, quien actualmente expone In extremis: dibujos en grafito, en el Museo de Arte Moderno del Estado de México, en Toluca, abundó acerca de la crítica a las ocurrencias
que predominan en el arte conceptual y al afán intelectualoide
por hacer a un lado a la pintura.
Se han realizado todo tipo de estrategias y mecanismos para desplazarla, de hecho para muchos críticos ya está muerta, no hay nada que decir alrededor de ella. Sin embargo, la pintura es atemporal, se abre camino por sí sola, más allá del bien y del mal.
Hay una vertiente del arte, agregó, “que se tiene que hablar con mayúsculas, en el sentido de fenómeno sensible, y la pintura de Fernando Biderbost está apostando a eso. Mas allá de la reflexión moral, intelectual, razonada, conceptualizada, él está apostando por esta vivencia de carácter fenomenológico, en la que no te puedes explicar nada. Es como si cada pintura te dijera: no trates de explicarme.
“Como dice Fernando, ‘no hay tiempo, no creo en el tiempo’, y efectivamente, cuando se entra en el proceso de la creación de la pintura como él la practica, el tiempo se desvanece. El tiempo cronológico desaparece para entrar en lo que se denomina el tiempo de la conciencia.”
Gorka Larrañaga comenta que la Casa Galería es un espacio de expresión artística multidisciplinaria
que da cabida desde artes plásticas hasta audiovisuales y performances. Se ha especializado en exposiciones y en traer artistas y especialistas del País Vasco, como Íñigo Manterola y Xavier Ganzarain
.
Este proyecto independiente, agrega, comenzó hace cinco años y es un espacio abierto al que acuden músicos, cineastas, performanceros y críticos de arte mexicanos, así como de otras nacionalidades. Es un lugar centrado en las nuevas tendencias del arte.