En cien minutos diversas voces completaron la lectura en voz alta de Aura, obra emblemática de Carlos Fuentes. Tiempo similar al que se invierte para ver la transmisión de un partido de futbol o el programa matutino de variedades.

La explanada del Palacio de Bellas Artes fue el escaparate para que decenas de personas acudieran al homenaje que se le rindió y que tuvo en las redes sociales su principal foro de convocatoria. Uno a uno los asistentes pasaron al micrófono para leer párrafos del libro censurado alguna vez por Carlos Abascal, funcionario de la ad≠ministración de Vicente Fox, se recordó.

No hubo rostros públicos ni los nombres que regularmente aparecen en homenajes a grandes autores. Se trató de un ejercicio meramente ciudadano para recordar a uno de los mejores escritores que dio este país.

Mujeres, hombres, niños y ancianos se sumaron a esta lectura colectiva, acto en el que también hubo expresiones contra el aspirante del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto. Algunos evocaron al novelista cuando dijo que el priísta tenía derecho a no conocer su obra, pero a lo que no tiene derecho es a ser presidente a partir de la ignorancia.

Cerca de las 11:30 horas se escucharon las primeras frases de Aura: Lees ese anuncio: una oferta de esa naturaleza no se hace todos los días. Lees y relees el aviso. Parece dirigido a ti, a nadie más... Cada participante leyó un párrafo hasta que la obra se completó.

Un joven que dijo llamarse El Nigromante pedaleó desde la colonia Roma para leer un párrafo de 12 líneas. Al terminar, se sentó en una de las jardineras que adornan la explanada del Palacio para escuchar el resto de la obra. Detrás de unas gafas oscuras que impedían observar la emoción en sus ojos, trajo a su memoria un pasaje de su propia biografía:

“Mi madre me leyó Aura cuando yo tenía tres años. Fue un primer acercamiento con los libros que me despertó el gusto por el misterio y la magia de las letras y me convirtió en una persona que gusta de la lectura. Fue un placer encontrarlo años después, gracias a Abascal. Es una gran novela, narrada en segunda persona, que nos muestra la capacidad de Fuentes”, consideró.

En el homenaje se convocó para que el 9 de junio, a las 17 horas, se concentren en el Zócalo capitalino para formar un corazón humano como una actividad pacífica por el cambio verdadero.