El recorte en el presupuesto destinado a educación en el distrito unificado de Los Ángeles no sólo representa un recorte de mil 500 maestros, sino que afecta a miles de estudiantes de origen mexicano que verán disminuida la calidad educativa y, en muchos casos, quedarán sin posibilidad de acceder a ésta, denunció Juan Ramírez, vicepresidente del sindicato de maestros de dicha demarcación.

Entendemos que tras la crisis se redujeron los recursos para todo el país. Como gremio, hemos cedido entre 4 y hasta 10 días de salario que, tomando en cuenta el total de empleados pagados por el distrito, representa un ahorro de 12 millones de dólares diarios, con tal de no afectar la calidad de la educación, pero la realidad es que las políticas implementadas en los últimos 30 años han hecho que los millonarios de Estados Unidos paguen cada vez menos impuestos y esa tendencia lleva a que hoy haya mil 500 maestros a punto de ser despedidos, señaló en entrevista con La Jornada el primer latino en formar parte de la dirigencia sindical.

De visita en la ciudad de México para asistir a la décima Conferencia Trinacional en Defensa de la Educación Pública México-Estados Unidos-Canadá, Juan Ramírez, nacido en Jalisco y con más de 30 años de residencia en el vecino país del norte, comentó que el sindicato de cuya dirección forma parte está integrado por 39 mil maestros que atienden a un promedio de 600 mil alumnos desde educación temprana a preparatoria, además de la educación para adultos.

Destaca que a partir de los primeros recortes, las aulas pasaron de 22 a 30 alumnos, lo que demerita la calidad educativa. Lo aceptamos en el entendido de que había que hacer un esfuerzo para que esos alumnos no quedaran sin atención, pero va en demérito de la calidad de la educación, señala y agrega que al menos la mitad de los 300 mil adultos que atienden diariamente, que como muchos estudiantes deben aprender inicialmente el idioma inglés, serán afectados con la reducción en la plantilla de maestros, lo grave es que de ese universo de 600 mil alumnos en todos los niveles, al menos 70 por ciento son mexicanos, lamentó.

Juan Ramírez denunció que la política educativa estadunidense tiende a apoyar más a escuelas privadas, pero con presupuesto del Estado, lo que deriva en una discriminación velada, porque esas escuelas deciden qué tipo de estudiantes reciben, aun cuando reciben fondos públicos y deberían aceptar a todos los alumnos. Afecta también los niveles educativos porque contratan a jóvenes recién egresados de las universidades, sin experiencia, y a quienes les dan contratos de dos años, al término de los cuales otros nuevos.

Esto, dice Ramírez, no genera vínculos con la comunidad estudiantil ni crea un compromiso entre los maestros y la calidad de la educación, pues saben que es un empleo temporal, que no les reporta otro beneficio que no sea el bajo salario.

El gremio del que forma parte lleva cuatro años, a pesar de los recortes presupuestales, en una lucha por llevar educación de calidad a jóvenes sin distinción de clase, color, posición social o capacidad física.