El despido de un piloto de Aeroméxico por expresar su simpatía por el candidato del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, da cuenta del nerviosismo de la clase dominante ante el rumbo que va tomando la campaña del candidato de la izquierda, en contraste con otros (Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota) que van en picada y, sobre todo, ante el protagonismo de la sociedad que manifiesta su preferencia o rechazo ante determinados aspirantes, consideraron líderes sindicales y expertos en materia laboral.

Esta expresión del piloto no hubiera tenido las consecuencias que tuvo de haberse expresado por Josefina Vázquez Mota o Enrique Peña Nieto, consideró el director del Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal), Carlos Rodríguez Rivera.

Señaló que la autoridad laboral en el país creó un ambiente en el que todo le es permitido a los empresarios y patrones y lo que trataron de hacer con el piloto de Aeroméxico encaja en ese contexto, en que las empresas se sienten respaldadas por las autoridades para acallar cualquier voz crítica.

Por separado, Humberto Montes de Oca, vocero del Sindicato Mexicano de Electricistas, dijo que lo ocurrido es un claro caso de intolerancia frente a derechos políticos que todos los trabajadores tenemos, y demuestra que hay un gobierno intolerante que no permite la libre manifestación de las ideas y preferencias en los sindicatos y adopta inmediatamente medidas represivas como este despido.

Coincidieron en que la reacción de solidaridad de los pilotos al negarse a laborar como medida de presión para que el capitán Miguel Pérez fuera reinstalado no debe verse como hecho aislado.