Willie Colón abrió la fiesta en Boca del Río; con Gitana armó un coro de 97 mil personas
También subieron al escenario Los Van Van y Danny Daniel, quien cantó Hechizo y Perdóname
Sábado 19 de mayo de 2012, p. a10
Boca del Río, Ver., 18 de mayo. Eran más de las dos de la mañana. Ya no estaban las alrededor de 97 mil personas que se dieron cita en la avenida que sirve de foro para el Festival de la Salsa Boca del Río 2012, pero el venezolano Óscar D’León seguía en el escenario con la hiperactividad de un mozalbete de 20 años.
Como dínamo de la acústica, Óscar D’León no sólo interpretó sus temas emblemáticos, entre ellos Llorarás, Calculadora y Mata Siguaraya, sino que el entusiasmo lo hizo cantar piezas como el bolero Sin ti, del trío Los Panchos; Oye como va, de Carlos Santana, y Carnaval, de Celia Cruz.
Óscar Emilio León Somoza bailó e interactuó con el respetable como si fuera el primer concierto que ofrecía en su vida, con el deseo de agradar al máximo.
Con sus movimientos incitó sobre todo a las damas, porque finalmente, su único vicio, como comentó en backstage, son las mujeres y la música. Nunca me he metido drogas ni alcohol
. Por eso se puede mover como anoche, y sortear con éxito una intervención quirúrgica de corazón.
Pero él se entregó, como sus compañeros de profesión, quienes engalanaron la primera noche de este festival que, desde anoche y hasta el domingo, presentará en este municipio veracruzano lo mejor del género.
Con sonido potente y voz intacta, Óscar prendió a la audiencia boqueña y a los que llegaron de varias partes del país y de otros, como Colombia, Puerto Rico, Cuba y Venezuela. Con un extraordinario combo y mejores interpretaciones Óscar hizo suyos a los que gustan de la salsa.
Willie Colón armó la escandalera
Salsa pura, pura salsa se vivió en Boca del Río, con la presencia del cartel del primer día: Willie Colón, Los Van Van y Danny Daniel, y Óscar D’León.
Abrió la escandalera sabrosa ese muchacho novel en esta vaina llamado William Anthony Colón Román, Willie Colón, estrella del sello Fania, que dejó huella en la música afrocaribeña. El Malo, como se le conoce al oriundo del Bronx, marcó el paso con sus himnos. Creó un lenguaje imperceptible entre su voz y su trombón, que sonó más potente que nunca. La brisa del mar se impregnaba en las negras y corcheas que emanaban los metales de su bandota, entre ellos, un trombonista mexicano, que con su instrumento, pisaba las huellas marcadas por el autor de Gitana, rola que hizo que miles formaran un ecléctico coro.
“Te conozco Bacalao, aunque vengas disfrazao…” sonó y el ritmo de las congas, bongoes y claves hipnotizó a la audiencia, que bailó hasta con los ojos.
Se escucharon también Talento de tv y Oh, qué será, que en sus conciertos poco interpreta. Pero en éste, Willie, quien se notaba con un semblante más que de felicidad, dio lo mejor de sí. Incluso, cuando terminó su hora y media de participación, Willie dejó el escenario en una moto de la policía local, que manejo él mismo.
Subió luego al proscenio Danny Daniel, representante de las nuevas generaciones gustosas del género. El muchacho causó el gritería de muchas y muchos. Es el de moda, porque hasta en los microbuses y en la calle se escuchan sus rolas, como Hechizo y Perdóname, que interpretó con gran calidad.
Timba cubana con Los Van Van
Fue el telón adecuado para la llegada de la escandalosa timba cubana de Los Van Van, del gran Juan Formell.
Con su magia, el ruido se elevó a decibeles máximos. Los Van Van se mostraron como lo que son: referente en la música cubana. Juanito ya no toca el contrabajo, pero se une a sus cuatros cantantes, tres hombres y una mujer, todos con estupendas voces rumberas que hicieron el estallido sonoro con sus rolas.
Juan Formell, feliz
Feliz de estar en el encuentro, Juan Formell dijo a La Jornada en un intermedio del festival: Esta fiesta es una idea fantástica; Dios quiera que se mantenga por muchos años. Creo que hacía falta este festival. Estamos recuperando la salsa. No quiero decir que se haya salido del aire, pero se está recuperando un terreno que se había perdido en algún momento
.
Entre el escándalo del anuncio que confirmaba una tercera edición del festival salsero para el año próximo, Formell afirmó: La timba cubana cada día es más importante como Habana de Primera... muchos grupos con fuerza y poder, que nos hace ganar el terreno que habíamos perdido. En Cuba, los lugares donde se toca se llenan al tope
.
Trabajar en la música es un placer para estos grandes, puesto que Óscar D’León y Juan Formell coincidieron, al final del concierto, en señalar que para mantenerse tanto tiempo en actividad y en el gusto, la clave es trabajar y trabajar. Al público tiene uno que darle todo lo que merece
, como sucedió en este hermoso puerto mexicano.