Ahora, con el nombre oficial de Encuesta nacional basada en actas de escrutinio y cómputo, el Instituto Federal Electoral (IFE) aprobó la realización de un conteo rápido para los comicios presidenciales, cuyos resultados difundirá la noche del próximo primero de julio.

Con una mayoría de ocho a uno y el respaldo de todos los partidos –excepto el PRD– se aprobó este ejercicio, con el cual el IFE asumirá la responsabilidad que le corresponde con la gobernabilidad democrática, dijo el presidente del instituto, Leonardo Valdés Zurita.

El respaldo mayoritario a la realización del conteo no estuvo exento de cuestionamientos a los vaivenes del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) en este ámbito. Hubo una sentencia que revocó la realización de este ejercicio –dijo el consejero Francisco Guerrero–, pero de manera inédita y sorprendente, mediante una nota informativa, por cierto, sin ningún valor jurídico, deja de lado la conclusión a que arriba la sala superior, que expresamente contempla que el conteo rápido podría generar especulación.

A su vez, el representante del PRD, Camerino Márquez, insistió en que la encuesta no generará certeza la noche de la elección, y recordó lo sucedido en 2006, cuando los conteos provocaron incertidumbre. Anticipó que presentará un recurso de inejecución de sentencia por lo que consideró un desacato a la sentencia original del TEPJF, si bien censuró la nota informativa posterior.

Valdés sostuvo que dicho proceso constituye una aportación de la estadística y la demoscopia a la vida electoral. La transparencia, legalidad y certeza se fortalecerán con este proyecto. En este sentido, García Ramírez subrayó que nada causaría mayor incertidumbre que el silencio del IFE esa noche. Somos testigos de la incertidumbre que generó ese silencio hace algunos años, y las consecuencias de ello no se han reparado totalmente.

Ante los cuestionamientos de Guerrero en relación con que la coexistencia del conteo rápido y el Programa de Resultados Electorales Preliminares no provocará especulación alguna ni son contradictorios entre ellos, toda vez que cada uno tiene sus propios objetivos, subrayó que al aprobar el conteo se está acordando el compromiso de esta autoridad para difundir y transparentar a la ciudadanía los resultados de las estimaciones, sea cual sea la diferencia de porcentajes entre los candidatos presidenciales.

Para el consejero Benito Nacif, la certeza que confiere el conteo rápido es que la información proviene de las actas de escrutinio, lo que hace la diferencia con respecto a una encuesta. Destacó que el volumen de la muestra –7 mil 500 casillas– le otorga un grado de confianza muy alto.

Su homólogo Lorenzo Córdova destacó la importancia de la difusión de resultados por la autoridad a partir de este conteo rápido, porque precisamente –dijo– la carencia de esa información fue lo que generó incertidumbre en 2006. En respuesta a las críticas de Guerrero sobre la falta de certeza, que alentará las especulaciones la noche de los comicios, aseguró que el conteo rápido inhibe la especulación.

La insistencia de los consejeros en la certeza que dará el conteo rápido no inhibió la crítica del perredista Pablo Gómez, para quien este ejercicio no aporta nada a la certeza. Y arremetió contra los titubeos del TEPJF: ¡esa resolución hay que guardarla! Y luego el boletín de prensa, que ya es parte de la picaresca nacional.

Son procesos legales: Alanís

La encuesta nacional o conteo rápido que realizará el Instituto Federal Electoral (IFE) es un ejercicio interesante, legal, que no genera confusión entre los electores, afirmó María del Carmen Alanís, magistrada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Estoy convencida de que hay que ver estos procedimientos como naturales en las fases y etapas de la jorna electoral, porque existen en la ley y así ha funcionado nuestro sistema comicial, indicó.

Con información de Fabiola Martínez