Moscú, 16 de mayo. Nuevos enfrentamientos entre inconformes con el retorno de Vladimir Putin al Kremlin y unidades antidisturbios de la policía rusa marcaron este miércoles, mientras el líder comunista, Guennadi Ziuganov, pronosticó que las protestas aumentarán el otoño próximo y nada ni nadie podrá detenerlas.

Hacia las 5:30 de la mañana de hoy, el OMON (siglas en ruso de las unidades antidisturbios del Ministerio del Interior) desalojaron a las personas que llevaban acampando, desde el domingo anterior, en el céntrico bulevar Chistie Prudy, en protesta contra Putin.

El desalojo, con lujo de violencia y que dejó 23 personas detenidas por resistir a la autoridad, liberadas horas después, se presentó en la televisión bajo control del Estado como una acción legal, autorizada por un juez a solicitud de un grupo de vecinos que se quejaron del ruido, el mal olor, la basura y el daño al medio ambiente, causado por los inconformes que instalaron sus tiendas de campaña.

Los servicios municipales estiman que el perjuicio –césped y tulipanes afectados– asciende a 20 millones de rublos, algo así como 656 mil dólares nada más.

Las autoridades, al dar la orden de arremeter contra los descontentos, se curan en salud al argumentar que la policía interviene por orden judicial y, además, los desalojos en otros países son más violentos.

El domingo anterior, a convocatoria de Boris Akunin, Liudmila Ulitskaya, Dimitri Bykov y otros escritores, cerca de 15 mil moscovitas caminaron por bulevares del centro de la capital rusa, sin consignas políticas, pero con cintas blancas que simbolizan la protesta.

Decenas de ellos decidieron montar un campamento de tiendas de campaña en Chistie Prudy y, tras el desalojo esta madrugada por el OMON, la mayoría optó por trasladarse a la plaza Kudrinskaya.

Por la noche, y sin orden judicial, las unidades antidisturbios rodearon el nuevo campamento y se llevaron por la fuerza la comida, el agua y una caja de cartón con dinero recolectado. Hubo enfrentamientos y una veintena de nuevos detenidos, pero hacia las 23 horas los policías se retiraron.

Mil 500 inconformes siguen en la plaza, sin pancartas ni consignas políticas, cantan canciones populares y temen que, en la madrugada, el OMON procederá a desalojarlos.

Entretanto, los diputados oficialistas de Rusia Unida presentaron una iniciativa de ley que será discutida el 18 de mayo que incrementa las multas por infracciones cometidas en manifestaciones y mítines de protesta hasta un millón y medio de rublos, cerca de 50 mil dólares, contra los 200 dólares que son el máximo ahora.

En un gesto de desesperación, legisladores oficialistas propusieron expulsar de la Duma a sus colegas que utilizan su estatus para instigar las protestas en la calle.

La acusación tiene claros destinatarios –los socialdemócratas de Rusia Justa, Guennadi Gudkov e Ilia Ponomariov, muy activos en todas las acciones de la oposición–, pero la expulsión de un diputado por ese motivo no está contemplada en la ley.

El sábado siguiente, 25 pintores convocan a un paseo pacífico por los mismos bulevares, que encabezarán llevando en carritos algunas de sus obras. La idea es concluir la marcha poco antes de que dé comienzo Una noche en los muesos, cuando estarán abiertos al público durante la madrugada todos los museos de Moscú.

El líder de la oposición en la Duma, el comunista Guennadi Ziuganov, instó a coordinar esfuerzos a los dirigentes más visibles de las protestas en la calle: Ilia Yashin, del movimiento Solidaridad; Serguei Udaltsov, del radical Frente de Izquierda, el bloguero Aleksei Navalny y el diputado socialdemócrata Ilia Ponomariov, entre otros.

Es necesario, sostiene Ziuganov, llevar a cabo una protesta organizada, respetar la ley, dialogar con todas las autoridades y evitar los disturbios generalizados.