Su partida será de carácter temporal; recibió seis advertencias en los pasados dos meses
La decisión, por el protocolo de seguridad diseñado por PGR, CNDH, AI y otras instancias
Queda evidenciada la debilidad de las leyes migratorias en México, consideran organizaciones
Martes 15 de mayo de 2012, p. 5
Tras recibir seis amenazas de muerte en los recientes dos meses, el sacerdote Alejandro Solalinde, coordinador de la Pastoral Social de Movilidad Humana de la Diócesis de Tehuantepec, Oaxaca, y fundador del albergue de migrantes Hermanos en el Camino, en Ixtepec, dejará temporalmente el país, pero no se retirará del apoyo a los desplazados ni se exiliará.
Ante los señalamientos de que el religioso se retiraría indefinidamente de sus labores de apoyo a los indocumentados que transitan por el país, el albergue que encabeza aclaró que no existe ningún retiro de Solalinde y que sólo se encuentra ausente temporalmente (de esta agrupación) en algún lugar, resguardando su integridad física
.
Esto, agregó la organización, hasta que las procuradurías General de la República (PGR) y General de Justicia del Estado de Oaxaca (PGJEO) investiguen a fondo las amenazas de muerte (anónimas) que ha recibido. Esta ausencia temporal no significa que el padre Solalinde deje la misión que ha venido realizando con nuestros hermanos y hemanas migrantes, ni mucho menos que cesen las actividades que está llevando a cabo el albergue Hermanos en el Camino, de Ixtepec. Seguiremos haciendo la obra que Cristo nos ha encomendado a pesar de estos últimos hechos y lo que se pudiera suscitar más adelante
, señaló el albergue en un comunicado.
El defensor de los migrantes se encuentra ya en la ciudad de México, donde este martes dará una conferencia de prensa en torno a las razones que lo orillaron a dejar temporalmente el albergue que dirige.
De acuerdo con el sacerdote, la decisión obedeció a la necesidad de seguir con el protocolo para su seguridad diseñado por la Procuraduría General de la República, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Amnistía Internacional, las Brigadas Internacionales por la Paz y la Pastoral de la Movilidad del Migrante de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
En principio se dijo que estará ausente dos meses, durante los cuales visitará Estados Unidos, Canadá y algunas naciones de Europa, por compromisos previamente contraídos. Solalinde saldrá del país este miércoles. En el albergue Hermanos en el Camino se informó que sus actividades de apoyo a los migrantes indocumentados continúan, pese a la ausencia de su fundador. Ayer eran atendidos 125 desplazados por 12 voluntarios. Se dijo además que las instalaciones de esta agrupación son resguardadas por elementos de la policía de Oaxaca.
Diversas organizaciones de defensa de las garantías fundamentales, como Aministía Internacional, se sumaron a la preocupación por la integridad y seguridad del religioso y destacaron su trayectoria como defensor de los derechos humanos de los indocumentados.
Reacciones de ONG
La salida temporal de México del sacerdote Alejandro Solalinde, por amenazas de muerte, evidencia la debilidad de las leyes migratorias en nuestro país, advirtieron organizaciones como la Casa del Migrante de Guatemala y el Foro de Migrantes en Honduras, Nicaragua y El Salvador, las que exigieron al gobierno federal medidas suficientes para garantizar la seguridad de quien encabeza el albergue Hermanos en el Camino.
La situación de Solalinde no es la única; muchos activistas han recibido amenazas de muerte por su labor en favor de los migrantes, lo cual no sólo nos preocupa, sino nos indigna sobremanera pues, lejos de mejorar la situación de los desplazados, empeora cada día ante la indiferencia de las autoridades
, aseveran en una carta dirigida al presidente Felipe Calderón.
En la misiva, firmada por más de cien organizaciones no gubernamentales, insisten en la protección para Alejandro Solalinde y otros activistas cuya labor ha salvado la vida de millones de indocumentados
que cruzan territorio mexicano para llegar a Estados Unidos.
Exigimos protección especial para el padre Solalinde y los demás activistas cuya integridad física esté en riesgo; es obligación moral, pero sobre todo ética, por parte del gobierno mexicano, cuyos esfuerzos por aliviar la situación de sus migrantes en Estados Unidos y los que cruzan por su territorio han fracasado
, añade el texto.