Para mí, el ritmo es todo. Tocar buenas notas con buen ritmo va bien, pero si no tienes un buen ritmo, aunque tengas buenas notas, te vas para abajo, expresó en entrevista el músico danés Carl Winther, luego de abrir el pasado miércoles las actividades de décimo Festival Ollin Kan, en la Sala Ollin Yoliztli, al sur de la ciudad.

Si algo caracteriza al jazz de Winther es su velocidad y los subibajas rítmicos. Su grupo se llama Carl Winther Trío y es hijo de una leyenda en la escena de la síncopa danesa: James Winther. De México apenas sabe unas cuantas cosas, situación que espera remediar a la brevedad.

“Esta es mi primera visita a este país y no sé nada sobre los músicos mexicanos. Sé de las pirámides y algo de la historia, pero tengo muchas ganas de conocer más.

“A este festival le presentamos lo que yo llamaría jazz moderno, modern jazz, que es una cosa como más ecléctica, aunque mi padre se ubica como un jazzista más tradicional. Yo, insisto, soy más ecléctico, más moderno. Me encanta la música cubana. Para mí siempre ha habido mezclas musicales, fusiones. Todo, siempre, ha sido una mezcla permanente.”

Dinamarca es rica en música y ofrece una amplia gama de sonoridades. Sus talentos son reconocidos mundialmente, en cualquier instrumento.

Previamente, en la sala había emocionado al público, donde predominaban los jóvenes, que lo premió con el alimento del artista: los aplausos. “Amo el ritmo. Tocamos una pieza llamada Deconstruyendo los errores, inspirada en un pianista estadunidense, quien hizo un tema llamado Blue man. Lo que hice fue deconstruir los errores por medio de elementos libres. Lo segundo que tocamos se titula Tres elementos, que escribí para mi banda, porque somos gente muy libre.

“Seguimos con Spunky, que en el argot inglés significa esperma. Yo no lo sabía, pero me hizo recordar un dulce que yo comía de niño que se llama Sponk en Dinamarca. Cerramos con El gran ritmo.”

En la entrevista, Winther añadió que en su país el jazz es una música muy popular. Muchos músicos de Estados Unidos emigraron a Dinamarca en los 70 y 80, porque es un país muy liberal y eso los atrajo. Ellos influyeron en la sociedad danesa. Les encantaba la libertad predominante respecto de las drogas.

Dijo que no puede hablarse de un movimiento de jazz danés, sino más bien escandinavo, por sus características líricas, de libertad, vinculado a las montañas y al frío. Yo más bien soy de otra onda, la de Latinoamérica. Amo a músicos como Bebo y Chucho Valdés.

Esa noche, en la Ollin Yoliztli tocó en un piano eléctrico y no acústico, porque no se pudo conseguir. Mis dedos trabajaron diferente. Yo amo el piano acústico, porque puedes tocar con exactitud, pero en uno electrónico no hallas lo que buscas y lo tocas diferente.

Winther se presentará en otras sedes del Ollin Kan. Más información en: www.ollinkan.com.mx.