París, 8 de mayo. En su primera salida oficial como presidente electo de Francia, Francois Hollande participó este martes junto al presidente saliente, Nicolas Sarkozy, en el acto de conmemoración del fin de la Segunda Guerra Mundial, en un paréntesis antes de volver a las consultas políticas y a la preparación de reuniones internacionales.

Los dos hombres que se enfrentaron duramente en campaña, se dieron la mano antes de colocar una ofrenda floral en la tumba del soldado desconocido al pie del Arco del Triunfo, en París. En un ambiente de solemnidad –Hollande a la derecha del presidente en ejercicio y un paso atrás– ambos escucharon La Marsellesa y el Canto de los Partisanos, himno de la resistencia francesa a la ocupación nazi, entonados por un coro militar.

Luego de la ceremonia, el socialista Hollande afirmó que una campaña es siempre ruda, y ésta lo fue particularmente, pero es útil y valioso para el país saber que está unido por medio del presidente en ejercicio y el nuevo.

Es la imagen de la unión que debe hacerse, dijo.

La imagen de los dos adversarios reunidos con motivo de esta conmemoración es inédita.

El 8 de mayo de 1995, Jacques Chirac, quien recién había ganado la presidencial, participó en la ceremonia con Francois Mitterrand, pero el socialista no se había presentado a un nuevo mandato.

Después de la ceremonia en honor de los muertos en la Segunda Guerra Mundial, Hollande debía volver a sus tareas prioritarias de presidente electo: la formación de un gobierno y la preparación de su primera reunión europea con la canciller federal alemana, Angela Merkel, que tendrá lugar inmediatamente después de su investidura, prevista para el 15 de mayo, y que se anuncia difícil.

Hollande será recibido en Berlín con los brazos abiertos, en palabras de Merkel, pero la jefa del gobierno alemán sigue oponiéndose a la renegociación del tratado fiscal europeo defendida por el presidente electo francés para agregarle un capítulo de estímulo al crecimiento.

En muchos países de Europa, la llegada al poder del socialista Francois Hollande en Francia, es percibida como la ocasión para salir de las políticas centradas únicamente en la austeridad.

Además de su cita en Berlín, Hollande debe preparar las cumbres del G-8 y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que se realizarán en Estados Unidos entre el 18 y el 21 de mayo, y que serán precedidas por una reunión bilateral en la Casa Blanca con el presidente Barack Obama.

No bien regrese, Hollande tendrá que trasladarse a Bruselas para participar el 23 de mayo en una cumbre extraordinaria de la Unión Europea en la que se discutirán medidas para favorecer el crecimiento.

Paralelamente, Hollande debe continuar las consultas sobre la formación de gobierno. Él mismo dijo que anunciará el nombre de su primer ministro el 15 de mayo, día de la investidura.

Para el cargo de jefe de gobierno, que deberá dirigir la batalla por las elecciones legislativas de junio, se cita sobre todo el nombre del líder de la bancada socialista de diputados, Jean-Marc Ayrault, pero también los de la primera secretaria del Partido Socialista, Martine Aubry, y de Pierre Moscovici, quien fue el director de su campaña.

Para ocupar la cartera de Economía se especula sobre todo con el diputado socialista y ex ministro de Finanzas, Michel Sapin, y para Relaciones Exteriores se calcula que podrían ser Pierre Moscovici o el ex primer ministro Laurent Fabius.