Barcelona, 27 de abril. Tras cuatro años brillantes llegó la hora del adiós: Josep Guardiola anunció que dejará de ser técnico del Barcelona, equipo que dirigirá a partir de la próxima temporada su número dos, Tito Vilanova.

Cuatro años desgastan mucho, y esa es la única razón. El tiempo es la causa de ese desgaste. Podía haber seguido, pero no como merece un entrenador del Barcelona, explicó Pep.

Me he desgastado, me he vaciado y necesito llenarme, añadió el estratega de un equipo que marcó época en el futbol mundial.

Ante el esperado anuncio, la sala de prensa de la Ciudad Deportiva del Barcelona, en Sant Joan Despí, afuera de la capital catalana, hoy estaba abarrotada. Era máxima la expectativa sobre el aviso y la mayoría de las estrellas del plantel asistieron a la conferencia, a excepción del argentino Lionel Messi.

Guardiola no continuará como técnico del Barça, anunció desde el inicio el presidente del club, Sandro Rosell.

El timonel señaló que la decisión fue comunicada en octubre al presidente, aunque se mantuvo en el más absoluto de los secretos para que no afectara a los futbolistas.

Rosell lo llenó de elogios: “Gracias, Pep, por todo lo que has aportado a este Barcelona, por perfeccionar ese modelo futbolístico que nunca más será cuestionado, haciendo bandera de estos valores que nos caracterizan como club. Gracias al mejor entrenador de la historia de este equipo. De corazón, muchísimas gracias”.

Y es que se trata del técnico más exitoso en la historia del conjunto catalán, con el que ganó 13 de los 17 títulos que disputó y el 25 de mayo tiene la posibilidad de conquistar el decimocuarto en la final de la Copa del Rey ante Athletic de Bilbao.

Entre los cetros obtenidos figuran tres torneos españoles consecutivos, dos ligas de Campeones y dos mundiales de Clubes.

Además, el brillante juego del cuadro azulgrana marcó el futbol internacional en los años recientes, con Messi como gran figura.

Guardiola se disculpó por los meses de espera sobre su decisión: “Lamento profundamente la incertidumbre que he generado durante este tiempo. Es un error no haber atendido a los que me aconsejaron que no hubiera firmado por dos años.

Parecía que me hacía del rogar, pero siempre he querido dejar claro que quería contratos muy cortos, porque sé que la exigencia del Barça es mucha.

Agregó que cuatro años son una eternidad en el Barcelona. No quería tener una relación contractual muy larga, deseaba tomar mis propias decisiones.

Guardiola elogió a sus pupilos: La estima que tengo a los jugadores es muy grande. Hemos vivido mucho juntos. Sé de dónde me voy: de un sitio privilegiado. Hago lo que toca, satisfecho más allá de los resultados.

Los últimos días fueron duros para Guardiola, porque encadenó una derrota ante el Chelsea en Londres y un empate en Barcelona que dejaron al equipo fuera de la Champions en semifinales.

El sábado de la semana pasada los culés perdieron el superclásico ante Real Madrid y entregaron así el título de liga al equipo de José Mourinho.

“Agradezco públicamente a los jugadores que he tenido el privilegio de entrenar, lo que hemos llegado a disfrutar de este oficio, de este trabajo, poniéndole toda la pasión. No sabéis lo que es imaginar un partido y que ellos día tras día lo hagan posible.

Ha habido millones de encuentros y jugadas imaginadas que han hecho realidad. No sabéis lo que es imaginar algo y que ellos lo hagan posible. Eso es lo que me llevo, expresó.

Sólo se recupera descansando, alejándome... tengo interés de hacer otras cosas, debo verlo un poco desde fuera y la vida ya me llevará, añadió, y evitó cualquier especulación sobre su futuro.

Vilanova, con la misma idea

Guardiola se va con la sensación de los deberes bien hechos y dejó un pedido a sus hinchas: No tengáis miedo porque el que venga está más que capacitado para realizar mi trabajo.

Y el que llega es Tito Vilanova, su ayudante, amigo y confidente durante los cuatro años en el banquillo del Barcelona. Nadie lo esperaba, en especial por el vínculo existente entre ambos, y sobre todo porque el nuevo fue operado de un tumor en noviembre pasado.

“Tito representa el juego, la idea, el análisis. Le pone hasta las horas para dormir. ¿Es diferente que Pep? es, pero seguiremos trabajando con esa misma idea, con ese perfil”, señaló Andoni Zubizarreta, director deportivo del club.

Como técnico de las categorías inferiores tuvo a su cargo a jóvenes promesas como Gerard Piqué, Cesc Fábregas y Messi.

Por su parte, Leo Messi explicó en su página de Facebook lo que representa para él que Guardiola dejara de ser su entrenador.

“Quiero agradecer de todo corazón a Pep lo mucho que ha dado a mi carrera profesional y personal. Debido a esta emotividad que siento, preferí no estar presente en la rueda de prensa que ofreció”, dijo.

El astro argentino quiso estar alejado de los medios de comunicación y explicó la razón: Sobre todo porque sé que ellos buscarán los rostros de pena de los jugadores y esto es algo que he decidido no demostrar.

Messi debutó con el Barcelona en 2004-05, pero no fue hasta 2008-09 cuando se consagró como astro al marcar 38 goles en la temporada de debut de Pep en el primer equipo, en la que el cuadro catalán ganó los seis títulos posibles (liga, Champions, Mundial de Clubes, Copa del Rey, Supercopa de España y Supercopa de Europa).

Guardiola es más importante que yo, fue una de sus frases cuando se empezó a mencionar la posible partida.

Fue una apuesta

Sobre Pep gravitó el dream team del cuadro culé en los años 90, esa obra ideológico-futbolística que cambió para siempre la manera de ver el futbol en Barcelona.

Johan Cruyff llamó a Guardiola, formado en las categorías juveniles, para jugar en el primer equipo en 1991. Era un imberbe, una figura frágil, pero de cerebro sólido. Su personalidad se impuso en una posición clave en el esquema. Sobre el césped era ya una extensión del entrenador que estaba llamado a ser.

Pep ganó como jugador seis títulos caseros y una Liga de Campeones, así como la medalla de oro olímpica con España en 1992. Fue capitán, emblema e imagen del barcelonismo.

Por eso, en mayo de 2008 y a pesar de tener sólo un año de experiencia en el Barcelona B, Joan Laporta, entonces presidente del club, recurrió a él en una apuesta para reconstruir el club tras la etapa de Frank Rijkaard como entrenador y Ronaldinho como estandarte, tan exitosa al principio como amarga al final y efímera en su conjunto.

Otra vez Cruyff, ideólogo en la sombra y asesor de Laporta, eligió a Guardiola, que patentó una imagen de marca: barba recortada, porte atildado y voz pausada. Un icono para hombres y mujeres, protagonista de libros sobre liderazgo e imagen de un banco.

Con una formación intelectual poco habitual en el futbol, Pep Guardiola teorizó sobre el balompié.

Sus inquietudes le llevaron hace 11 años a dejar su club de siempre para buscar aventuras en Italia. Allí se enriqueció tácticamente en el Brescia y en la Roma. Y también vivió su experiencia más amarga: dio positivo por dopaje en 2001 por nandrolona.

Pep luchó por limpiar su hasta entonces impoluto nombre y en 2007 un tribunal de apelación de Brescia lo absolvió.

Luego tuvo una aventura por Qatar y México –donde jugó con Dorados en 2006– y se da por hecho que ahora perseguirá nuevos alicientes personales, retos más allá de lo futbolístico. Seguro que voy a volver a entrenar, dijo hoy.

Guardiola quedará en la historia, como (Arrigo) Sacchi, Cruyff y (Alex) Ferguson. Han dejado algo más, han creado un sistema de juego diferente de lo que existía y además han ganado, dijo Xavi el año pasado, rendido, como muchos, a un entrenador convertido en leyenda.