¿A poco no la amas locamente? Pregunta el poeta: a ver, dime, cuando la ves caminar, ¿a poco no te convences que la necesitas mucho? Entonces el poeta va directo al grano: encamina los pasos del cantar hacia el blues: pero te das cuenta que todo tu amor es vano, ido; entonces entona tu canción tú solo; cuéntanos tu sueño profundo y azul, donde siete corceles están a punto de trotar.

La anterior es una versión libre y soberana de Love Her Madly, uno de los emblemas de un referente cultural: Doors (que no The Doors: Puertas, el grupo Puertas), y viene a colación porque en los estantes de novedades discográficas esplende una nueva grabación del disco póstumo del Rey Lagarto: L.A.Woman, grabado meses antes de que Jim Morrison muriera.

Esta nueva grabación de un clásico lleva una leyenda en letras plata: 40^th Anniversary.

Las jóvenes Puertas (nombre que tomaron de un verso de William Blake: If the doors of perception were cleanse, everything would appear to man as it is: infinit) grabaron este disco entre septiembre de 1970 y febrero de 1971; a estas alturas, el álbum ya cumplió 41 años, pues fue lanzado en abril de 1971, aunque apenas llega a México el cidí.

Love Her Madly ejemplifica bien la naturaleza de Jano de las Puertas: para las masas, es el grupo que canta Ámala locamente; para los menos, en cambio, es un grupo de blues de primer nivel, cuya Cabeza de la Hidra cantaba con el nombre de Jim Morrison y terminó esa testa multiforme flotando en la tina de un baño el triste tres de julio de 1971.

La muerte trágica y misteriosa del Rey Lagarto también significó el deceso de las Puertas, que sin embargo han seguido abiertas merced al genio de su fundador Ray Manzarek, quien con un tecladito rústico sigue produciendo alquimia por el mundo.

Para muchos, el grupo Puertas es el que toca Riders on the Storm y la escuchan como una rola pop con efectos especiales. Para muchos por fortuna también, Puertas es el abracadabra de un poeta: Jim Morrison, quien no se contentaba con cantar su furia, entonar su tristeza, gritar su alegría, vertir su persona en escena y dejarla plasmada en discos. En realidad, Jim Morrison fue ante todo un poeta.

El disco L.A.Woman fue su despedida de su ciudad y del mundo, punto de quiebre que ignoraba, pero intuía, de tal manera que dedicó un poema a su carnal Brian Jones, fundador con Keith Richards y Mick Jagger del grupo Piedras que Ruedan (Rolling Stones) y a quien, no existen las casualidades sino las causalidades, encontraron muerto, también flotando, en este caso en una piscina, el ¡3 de julio!, la misma fecha en que el Rey Lagarto flotó muerto, dos años exactos después.

Ese poema de Jim Morrison se llama Oda a L.A., pensando en Brian Jones, muerto y en él entabla paráfrasis del Príncipe de Dinamarca y Ofelia, personajes de Shakespeare, para pensar en Brian Jones flotando hacia la fatalidad/ sobre un candelabro y entona un Réquiem por un duro y celebra esa lasciva sonrisa de Brian Jones con la cual saltó hacia arriba/ hacia el barro.

El poeta Jim Morrison cantaba siempre a su ciudad, L.A.: Los Angeles, Los Anyelís, esa la del frío y blanco pecho de neón, como la llamó en otro de sus poemas.

L.A. Woman, el disco reditado por sus 40 años, contiene la esencia que hizo inmortales a Puertas, aunque el puerto de su Cabeza de la Hidra, Morrison, fue el primero donde atracó el navío. Esa esencia es el profundo sueño azul, donde siete corceles están a punto de trotar. Y se llama blues, blús, bluuuussss.

Culmina precisamente con Riders on the Storm. Y como, nuevamente, las casualidades no existen sino las causalidades, el poeta Alberto Blanco escribió, a partir de aquella obra, el poema Viaje al retorno del Desierto de Altar, que forma parte de una obra mayor, el libro titulado Paisajes en el oído: poesía y rock, que será presentado el próximo martes, primero de mayo, a las 19 horas en el Centro Cultural Bella Época (avenida Tamaulipas, esquina Benjamín Hill, colonia Condesa).

También, en L.A.Woman, Jim Morrison canta su anagrama: Mojo Risin’.

Y como decía Borges: Gardel canta cada día mejor, así también el Rey Lagarto escribe poesía y la canta cada día mejor.

Escuchemos esa poesía.

Mientras tanto, divirtámonos proponiéndole nuevos anagramas al Mojo Risin’: Jim Morrison, Riso Mojo/ Son Moiri Jim/ Sorri, Jim/ No som, Jimo/ Jimo, Mor/ Sonrío, Mijo.

Y una variante blusera: Jim Worrisome.

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