Al menos 8 mil 500 empresas han cerrado en el Distrito Federal a consecuencia de la crisis económica que ha afectado al país desde 2011 y la falta de un plan de negocios adecuado; además, la falta de fomento de cultura empresarial y programas que impulsen las nuevas tecnologías ha provocado que 80 por ciento de las microempresas no sobrevivan más de un año.

Lo anterior se asienta en el dictamen aprobado por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) que reforma la Ley de Fomento Económico del DF con el fin de incentivar la creación de pequeñas empresas, fuentes de empleos, así como la inversión en nuevas tecnologías y proporcionar herramientas informáticas para facilitar la gestión administrativa, contable y financiera para esos negocios.

Lo anterior puede hacerse a través de la promoción del cooperativismo, así como apoyos de desregulación y simplificación administrativa, financiera, fiscal, de promoción económica, infraestructura productiva, investigación y desarrollo tecnológico, capacitación y de coordinación entre empresas, con el propósito de mejorar las condiciones de acceso de las empresas al mercado, mediante la cooperación y coadyuvación entre las mismas para la adquisición, producción, comercialización y distribución de bienes y servicios, así como para la creación de nuevas tecnologías

La iniciativa, presentada por la Comisión de Fomento Económico de la ALDF, señala que en México se tiene un atraso de 75 a 100 años en desarrollo, con un sistema productivo que no ha generado conceptos tecnológicos que lleguen de manera directa a la sociedad, además de que no existen incentivos para ello, lo que no ha permitido informatizar los procesos productivos y comerciales de las pequeñas y medianas empresas en la ciudad de México.

Asimismo, agrega el documento, es necesario fomentar que todos aquellos que inician un negocio o ya tienen uno en funcionamiento, la utilización de herramientas informáticas así como crear fuentes de trabajo formales y permanentes de empleo, además de micro, pequeñas, medianas y grandes empresas formales, promoviendo un modelo de las cooperativas que fomente la cultura de respeto al medio ambiente, la equidad de género y la no discriminación.