El pago de sobornos a autoridades a cambio de permisos o licencias en México no es una práctica extendida en los negocios, pero sí puede realizarse mediante un acomodo de esos recursos en algún rubro de los gastos como pagos a terceros, afirmó el presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), José Antonio Quesada Palacios.

Lo anterior, luego de que se reveló que la filial en el país de la trasnacional Wal-Mart presuntamente pagó sobornos a autoridades nacionales para incrementar su dominio en el mercado mexicano.

En entrevista, Quesada Palacios expresó que, al tratarse de operaciones opacas, no hay indicadores confiables sobre los montos que las empresas destinan al pago de sobornos para poder operar, aunque el Consejo Coordinador Empresarial señaló apenas la semana pasada que las compañías destinan hasta 10 por ciento de sus ingresos a la corrupción.

El presidente del IMEF, organismo que integra a presidentes, directores generales, gerentes generales y personas con puestos equivalentes de instituciones del sector financiero y similares, específicamente de las áreas responsables de llevar a cabo la prestación de servicios financieros, se pronunció por la implantación en México de una ley que prohíba a las empresas incurrir en prácticas de corrupción, como la que hay en Estados Unidos.

Quesada Palacios apuntó que los actos de corrupción ocurren con mayor frecuencia en el sector de la construcción, debido a la cantidad de trámites y permisos que se deben obtener, y precisó que muchas veces esas prácticas se realizan por conducto de terceros.

Explicó que en algunas ocasiones las grande empresas crean o contratan firmas de menor tamaño por medio de las cuales se realizan pagos a cambio de dádivas, con lo que la operadora mayor queda limpia.