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Martes 24 de abril de 2012, p. 21
Oslo. El autor confeso de la muerte de 77 personas personas en Noruega en julio de 2011, Anders Behring Breivik, pidió ayer perdón por sus víctimas sin afiliación política, pero se negó a hacer lo mismo por los adolescentes ultimados en la isla de Utoeya. Me gustaría presentarles mis profundas disculpas
, dijo Breivik a los familiares de los transeúntes que murieron o resultaron heridos por el estallido de la bomba que colocó frente a la sede del gobierno noruego. En cambio, rechazó extender sus disculpas a los familiares de los que murieron en las oficinas ministeriales y a los de los jóvenes asesinados en Utoeya. La matanza de los jóvenes y de los funcionarios fue atroz, pero necesaria
, reiteró. De los 69 muertos en Utoeya, 44 tenían responsabilidades en la organización juvenil laborista, y en la isla funcionaba un campo de adoctrinamiento político
, apuntó. También dijo que cuestionar su salud mental equivale a racismo
con el fin de deslegitimar su postura antislámica extrema. Si hubiera sido un yihadista barbudo, no habría habido un informe siquiátrico forense, pero como soy un nacionalista militante, estoy sujeto a flagrante racismo. Ellos intentan deslegitimar todo lo que represento
, indicó.