Guatemala, 20 de abril. Antropólogos forenses han encontrado 99 osamentas de campesinos masacrados en la década de los 80 del siglo pasado, en un antiguo destacamento militar al norte de Guatemala, en el contexto de excavaciones que se realizan desde febrero, bajo supervisión de fiscales del Ministerio Público y agentes de la Policía Nacional Civil.

Estas dolorosas evidencias no hacen más que confirmar que en Guatemala hubo una política de contrainsurgencia de tierra arrasada, que llevó al genocidio; ya no se puede seguir negando, dijo Hellen Mack, presidenta de la Fundación Myrna Mack, Nobel Alternativo de la Paz 1992 y reconocida por su trabajo humanitario, por el Senado de Estados Unidos.

Las 99 osamentas y otras partes óseas de víctimas de las matanzas ejecutadas por los militares fueron desenterradas de 15 fosas en un predio donde antes estuvo ubicado un destacamento militar, en la ciudad de Cobán, departamento de Alta Verapaz. Se tiene constancia de que en esa región comunidades indígenas fueron masacradas durante la guerra que desangró el país entre 1960 y 1996.

Medios de prensa locales reportaron que en el lugar yacen los restos de las víctimas, en su mayoría hombres, aunque también hay osamentas de mujeres y niños, con rastros de haber sido atados de las manos y el cuello.

Los restos todavía tienen ropa y zapatos, tal y como fueron lanzados a las fosas tras los asesinatos, denotando que se trataba de campesinos muy pobres de la zona.

Las excavaciones se realizan a petición de la Fiscalía de Derechos Humanos y la Asociación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos de Guatemala. La dirigente de esa asociación de familiares, Aura Elena Farfán, dijo que los trámites judiciales del caso ante la fiscalía se iniciaron desde el año 2000, y que en el lugar pudieron haber sido enterradas entre 200 y 300 víctimas.

Fuentes humanitarias informaron que desde 1992, cuando se iniciaron las actividades de búsqueda de cementerios clandestinos y exhumación de víctimas del conflicto armado, se han llevado a cabo unas mil 300 exhumaciones y localizado alrededor de 6 mil osamentas, de las cuales 65 por ciento han sido identificadas.

La Comisión para el Esclarecimiento Histórico, bajo auspicios de Naciones Unidas, estima que la guerra interna dejó unos 200 mil muertos, especialmente población civil no combatiente, y más de 45 mil desaparecidos.

El conflicto cesó en el año de 1996 con la firma final de la paz entre gobierno y guerrilla, después de un prolongado proceso de negociación que duró una década.