Hollande, del Partido Socialista, saca cinco puntos de ventaja para el domingo: encuesta
Ex ministra de Planificación se suma a otros colaboradores que no votarán por el presidente francés
Jueves 19 de abril de 2012, p. 27
París, 18 de abril. Las esperanzas del presidente francés, Nicolas Sarkozy, de lograr la relección sufrieron un doble revés a cuatro días de las elecciones, cuando una serie de deserciones reforzaron la impresión de que su caída en los sondeos ha alejado la posibilidad de la victoria.
La ex ministra de Planificación Urbana, Fadela Amara, se sumó a una creciente lista de figuras políticas que abandonan al conservador Sarkozy y anuncian que votarán por su rival, el favorito Francois Hollande, del Partido Socialista.
Eso ocurrió luego del más devastador sondeo en semanas, que mostró que Hollande ha conseguido una ventaja de cinco puntos sobre Sarkozy en la primera ronda del próximo domingo, y el socialista supera por 16 puntos al mandatario en los sondeos de intención de voto para la segunda ronda del 6 de mayo.
Después de una semana de avances permanentes en los sondeos para Hollande, la más reciente encuesta de CSA le dio 29 por ciento de las preferencias en la primera ronda, dos puntos más respecto de la consulta previa del instituto, frente a 24 por ciento de Sarkozy, quien cayó dos puntos.
El mandatario debió mostrarse tranquilo cuando en una entrevista en BFM TV se le preguntó qué pensaba del reciente sondeo que mostraba a Hollande camino a convertirse en el primer presidente socialista de Francia desde que Francois Mitterrand dejó el poder en 1995. No tiene mucho sentido comentar (los sondeos) cuando son buenos y luego comentar otros porque son malos
, respondió.
Amara, una de las figuras de centroizquierda que Sarkozy reclutó para gobernar en los primeros años después de su triunfo electoral en 2007, se sumó a Corinne Lepage, ecologista y ex ministra de Medio Ambiente de un gobierno previo de centro derecha, quien dijo que apoyaría a Hollande porque Sarkozy se había alejado demasiado a la derecha.
El predecesor conservador de Sarkozy, Jacques Chirac, de 79 años, también planea votar por Hollande, según el hombre que lo ayudó a escribir su autobiografía después de 12 años como jefe de Estado (1995-2007).
Sarkozy dijo que las personas deberían dejar al anciano en paz y no manipularlo
.
Otras figuras que han dicho que votarán por Hollande pese a haber trabajado en el gobierno de Sarkozy o Chirac incluyen al ex alto comisario sobre pobreza Martin Hirsch; el ministro adjunto Azouz Begag, y el ex ministro de Cultura Jean-Jacques Aillagon. La popularidad de Sarkozy mejoró en las semanas posteriores al lanzamiento de su campaña por la relección a mediados de febrero y en un punto los sondeos incluso lo daban por ganador en la primera ronda, pero ninguna encuesta ha sugerido que Hollande podría perder en la segunda vuelta.
En la última semana, Hollande se recuperó y Sarkozy fue perdiendo puntos en casi todos los sondeos. La candidata de extrema derecha Marine Le Pen ha fortalecido su posición para quedar en el tercer lugar con 17 por ciento de intención de voto en la encuesta de CSA, seguida por el aspirante ultra izquierdista Jean-Luc Mélenchon, con 15 por ciento, y por el centrista Francois Bayrou con 10 por ciento.
Bayrou, que aún no ha dicho a quién respaldará cuando se espera sea eliminado de la primera ronda del domingo, describió a los políticos que cambiaron de bando en favor de Hollande como aquellos que siempre quieren tener el control y estar de lado de los que tendrán el poder. No se puede construir un país con personas que están aquí un día y allá el próximo
, manifestó.
Consultado si podría anunciar entre las dos rondas su intención de nombrar primer ministro a Bayrou si es relecto, Sarkozy respondió: Estoy esperando por la primera vuelta y les digo que no es imposible que haga eso
.
Hollande ha hecho advertencias en contra de entregar prematuramente puestos de gobierno y reafirmó en una entrevista con radio France Inter que renegociará un tratado de disciplina fiscal de la Unión Europea para dar prioridad al crecimiento, dado que sin él considera que sería imposible bajar el déficit.