Theodoro Angelopoulos, uno de los cineastas más representativos del cine mundial, habla con lenguajes visuales bucólicos. Lo más esencial en su expresión es la poética de la imagen.

Es una figura representativa de la cinematografía griega. A cuatro meses de su muerte, la Cineteca Nacional dedica una retrospectiva póstuma a su obra: Theo Angelopoulos: In Memoriam, desde el pasado 6 de abril y hasta el domingo 22 de ese mes en el Cine Lido.

Pasolini dijo que había cine de poesía y de prosa. Creo que ambos caminos miran realidades. Debemos aceptar las dos vías. No podemos decir que una forma excluya a la otra. Hay buenas películas en el cine narrativo de prosa y buenas en el de poesía. Antonioni hacía prosa, por ejemplo. Yo trato de hacer cine de poesía, porque creo que nos permite vivir y sentir al mundo de una manera mejor. Es como si en los momentos difíciles uno abriera un libro y leyera un poema; eso puede producir dulzura en el alma, algo como una caricia, relató Angelopoulos a este diario en 2009 en una entrevista.

Recorrido de su obra

Su vida era la búsqueda de imágenes, ésas que reflejan un contexto de la sociedad. Más tarde, a principios de 2012, al filmar una cinta sobre la crisis económica en Grecia, en una calle de Atenas un motociclista lo atropelló y le quitó la vida.

Integrado por 13 títulos, el ciclo rescata los trabajos más representativos de Angelopoulos, entre los que se incluye su ópera prima, Reconstrucción, basada en la historia real del asesinato de un hombre a manos de su esposa, así como sus primeros trabajos, elaborados en los años 70: Días del 36, El viaje de los comediantes (historia de cuatro horas que atraviesa los episodios dolorosos de la historia griega contemporánea, compuesto por extensos y lentos planos secuencias casi en silencio) y Los cazadores, además de Alejandro el Grande, rodada en 1980. Con esta muestra también se pretende rendir homenaje a su cercano amigo y guionista de cabecera, el italiano Tonino Guerra (16 de marzo de 1920), quien también falleció el pasado 21 de marzo.

Angelopoulos estudió derecho en la capital de Grecia y después de hacer el servicio militar se trasladó a París para continuar sus estudios con el antropólogo Claude Lévi-Strauss, en la Universidad de la Sorbona. Luego de regresar de Francia, donde tomó cursos con Jean Rouch, comenzó como crítico en el diario Allagi, el cual fue cerrado posteriormente por la rigurosa y fascista junta militar. Su primer intento de producir fue Forminx Story, documental sobre aquel grupo de los años 60. Reconstruction es su primera obra de ficción; fue filmada en 1970 y ganó prestigio internacional. Siguió con tres largometrajes (Days of ’36), historias retomadas luego de la elecciones durante las cuales el general Metaxas impuso su dictadura en Grecia. Estas cuatro producciones serán exhibidas en el ciclo de la Cineteca.

El fallecido cineasta griego en la ciudad de México, en 2004Foto Roberto García Ortiz

A los años que tengo, el cine para mí ya no es un trabajo, sino una manera de vivir. Cuando hago una película siento una intensidad indescriptible en la vida, una comunicación profunda con el mundo... A partir de que el cine funciona desde un ámbito cultural, automáticamente también adquiere dimensiones político-sociales, dijo el director en la entrevista con este diario.

El ciclo también incluye la llamada Trilogía del silencio, integrada por Viaje a Citeria, ganadora de los premios de la crítica y mejor guión en el Festival Internacional de Cine de Cannes en 1984; El apicultor, protagonizada por Marcello Mastroianni, quien caracteriza a un profesor retirado que durante un viaje –esencia recurrente en sus películas– por diferentes lugares de Grecia se topa con una joven que cambiará la perspectiva de su travesía, y Paisaje en la niebla, acerca de dos hermanos que buscan a su padre en Alemania, cruzando todo su país. Con este filme, recibió el León de Plata, como mejor director en el Festival de Venecia.

Continúa con la Trilogía de las fronteras, la cual incluye El paso suspendido de la cigüeña, La mirada de Ulises (historia de tres horas que busca las raíces del cine de los Balcanes, en el contexto de la tragedia de la guerra en Bosnia) y La eternidad y un día, considerada obra maestra, que le valió la Palma de Oro en Cannes 1998.

La muestra se complementa con la Trilogía del siglo XX, proyecto del cual trabajaba la última entrega, pero que dejó inconcluso debido a su muerte. Se exhibirán Trilogía I: El prado en llanto y Trilogía II: El polvo del tiempo. Acerca de esta última, Angelopoulos afirmó que su única intención fue realizar una revisión poética del siglo XXI, a través de un amor que desafía el tiempo, porque fue un siglo de grandes guerras, gran destrucción, pero también de grandes esperanzas y grandes sueños.

El Cine Lido está ubicado en el Centro Cultural Bella Época (Tamaulipas 202, esquina con Benjamin Hill, colonia Hipódromo Condesa). Consulta la cartelera en: www.cinelido.com.mx